Días de primavera: nieve en las partes alta de las montañas, flores en los prados.
Días de esquí de montaña en compañía del silencio.
Días de caminata con el sonido del agua del deshielo.
Andorra se llena de vida mientras yo me resisto a guardar los esquís…
Pero llega esa irresistible calidez del sol que aún no me quema como en verano, los caminos ya transitables y los músculos que hace meses que no utilizo, reclaman atención.