Esquí de montaña en pistas de alpino: entre la integración y la prohibición

Esquí de montaña en pistas de alpino: entre la integración y la prohibición

Un esquiador de montaña foqueando por una pista de esquí alpino en Masella

Mar, 28/11/2017 - 06:12
Analizamos como 8 estaciones de esquí del Pirineo están afrontando la práctica creciente del Skimo en las pistas de alpino, una práctica que genera conflictos

En los últimos 10 años la práctica del esquí de montaña o de travesía dentro de las pistas de esquí alpino no ha parado de crecer. La convivencia entre las dos modalidades en las estaciones de esquí es motivo de debate, pero en algunos casos es un problema. Algunas tienen prohibido el esquí de travesía dentro de las estaciones vía ordenanzas municipales, y otros lo permiten, pero sólo dentro de las zonas específicamente habilitadas. Al esquí de montaña también se le conoce como Skimo, en abreviación internacional, esquí de rando en Francia o, irónicamente, esquí de pistaña, denominación más reciente que utilizan los esquiadores de alpino para referirse a quienes foquean dentro de las estaciones de esquí.

En cada estación de esquí la afluencia de esquiadores de montaña en sus pistas varía en función de las características de la estación, como la proximidad y facilidad de acceder a cimas muy atractivos para los practicantes de skimo.

Perfil del esquiador de montaña que practica en pistas de alpino

Es evidente que la gracia del esquí de montaña es practicarlo en espacios abiertos, tranquilos y poco frecuentados, pero también hay quien no quiere hacerlo sino es dentro de las pistas de alpino. Se podría decir que hay tantos perfiles como esquiadores, pero normalmente responden a tres patrones:

1 - Los expertos, que no les queda más remedio que hacer prácticas y entrenar en pista de alpino porque fuera los trazados no hay nieve. Normalmente estos ya saben cómo actuar y no provocan problemas. Con excepciones, claro.

2 - El padre o la madre que, mientras el hijo esquía, prefieren hacer una actividad como raquetas o foquejar, para pasar un rato haciendo más ejercicio físico que no esquiar, pero sin renunciar a disfrutar del entorno. Ya están acostumbrados al ambiente de pistas porque que en su mayoría son ex-esquiadores. No generan conflictos porque saben cómo moverse para no interferir con los que bajan esquiando.

3 - Quienes se inician en la modalidad, por tanto, debutantes de la modalidad que quieren hacerlo en un entorno seguro, con nieve garantizada y pisada. De todas las edades y condiciones y normalmente los que desconocen cómo moverse y que, incluso, pueden reaccionar negativamente si algún esquiador de alpino les pasa cerca.

¿Cuándo?

El "cuando" se acostumbra a producir, mayoritariamente, de día y a principio de la temporada, cuando las precipitaciones de nieve en las montañas van escasas y las pistas de alpino abren gracias a los cañones de nieve. Es en este momento cuando el esquiador de montaña sólo tiene la opción de practicar esta modalidad dentro de los trazados innivados. A medida que avanza la temporada y el espesor de nieve se incrementa en toda la montaña el problema pasa a ser puntual, hasta que a finales de temporada, a mediados de marzo, se repite la situación.

¿Cuáles son los conflictos entre esquiadores de alpino y de montaña?

Básicamente hay 3:

1 • Cuando los practicantes de esquí de montaña suben en grupo, en lugar de hacerlo en fila india.
2 • Cuando atraviesan una pista de alpino de un lado a otro, en trazado diagonal e incluso en un cambio de rasante.
3 • Cuando en algunos casos, excepcionales, van acompañados de perros, a veces sin atar.

Y todo ello, ¿por qué molesta a los esquiadores de alpino? Pues parece bien justificado: si tenemos presente que pueden bajar a cierta velocidad por el centro o por el lateral de una pista, que de repente se encuentren con un esquiador que, no sólo no está parado, sino que remonta en contra dirección y, además, gana metros a paso ligero, la posibilidad de colisión es un riesgo real. Y nadie se quiere hacer daño ni tampoco hacer a otra persona.

Por la noche, conflicto con las pisanieves

Estos serían los principales conflictos entre los esquiadores de pista y de alpino, pero luego está la problemática añadida con las máquinas pisanieves, un problema que se da cuando los esquiadores de montaña se desplazan a la montaña no de día, sino de noche, y lo hacen por pistas de grandes pendientes, desconociendo la presencia de máquinas pisanieves que hacen uso de cable. El uso de este dispositivo ya generó un accidente mortal en enero de 2014 en Arinsal.

Según datos consultados por Lugaresdenieve, en las noches de luna llena el número de esquiadores que pueden subir desde Masella hasta la cima de la Tosa (2.535 m) pueden llegar a ser un centenar o más, y lo hacen por las pistas Tosa Vermella, Isards o Coma Pregona, a las que hay que añadir las que pueden subir a la Tosa remontando por la pista para Dues Estacions, provenientes de La Molina.

Entre la prohibición y la integración

Todos estos conflictos se han cerrado en falso en algunas estaciones prohibiendo la práctica del esquí de montaña, sobre todo en Francia, país en el que el 70% de los dominios esquiables han optado por prohibir directamente la práctica del esquí de randonnée. El 30% restante lo permiten en horarios muy acotados y en zonas libres del pisado de nieve con cable. Ahora bien, a la hora de la verdad los practicantes de Skimo persisten en subir por las pistas de alpino.

Pero, y en el Pirineo: ¿Como se está encarando este tema? En este artículo desglosamos cuál es la situación que se han adoptado en algunas estaciones.

1 • Formigueres

En esta estación del Capcir, en el Pirineo Oriental de Francia, se ha optado por integrar por completo las dos modalidades, pero con limitaciones. Dejando de lado si se cumplen o no, son bastante claras.
Con salida en la base de la estación, frente a la escuela de esquí ESF, salen hasta 3 itinerarios. Todos ellos lo hacen siguiendo el lateral de pistas, son de libre acceso e incluso se pueden cronometrar y participar en una carrera virtual con otros usuarios.

2 • Vallnord

Andorra ha sido uno de los primeros lugares donde se ha intentado resolver este tema, pero al final cada estación ha aplicado su propia política.

En el caso de Arcalís al esquiador de montaña se le considera un cliente más. A pesar de que no pague el forfait para hacer uso de las pistas, una vez visitan la estación les conduce hacia los circuitos marcados específicamente para la práctica del Skimo.

La idea es que la existencia de estos circuitos sea un motivo para disuadirles de hacer uso de las pistas de alpino. El objetivo es que, una vez finalizan su actividad, también terminen consumiendo en los bares o restaurantes pie de pista y con ello generen ingresos directos para la estación. Así lo admitió Xavier Ajona cuando fue preguntado por esta cuestión. Su respuesta fue clara: "tenemos que saber encontrar la manera que se interesen por nuestra estación y sacar un beneficio mutuo" pero también admitió que esto no resuelve los conflictos y que, al final es necesario que "se imponga el sentido común de los usuarios de la estación por el buen uso de las pistas ".

3 • Grandvalira

Lo mismo ocurre en Grandvalira, que también han optado por "ordenar" el esquí de montaña en la estación ofreciendo varios circuitos. Confían en que esta modalidad también podrá generar ingresos gracias a las actividades anexas, aunque estos esquiadores disfruten de la estación sin tener que pagar el forfait.

Un dato curioso: este verano el Comú de Canillo añadió otro elemento para regular la práctica del esquí de montaña en la zona de Soldeu El Tarter, prohibiendo expresamente que los esquiadores de montaña lleven perros, atados o no. Esa prohibición queda reflejada en la normativa del Comú (Ayuntamiento) que regula esta práctica en el término comunal.


4 • Vallter 2000

El caso de Vallter es especialmente significativo, posiblemente porque fue una de las primeras estaciones en verse afectada por esta práctica en sus pistas. Por un lado, está la proximidad de cumbres accesibles de gran atractivo para los esquiadores de montaña, y por otro, porque la cota de salida es alta, con garantía de nieve y acceso fácil para alcanzar 3 cimas muy diferentes de más de 2700 metros.

La estación del Valle de Camprodon en ese sentido fue muy innovadora y desde hace cuatro años optó por adaptar por completo una pista de alpino a pista destinada, en exclusiva, a los que quieren foquejar. La pista del Xalet (pista del Refugio) se adaptó en exclusiva para ellos, no sin el desacuerdo y resignación de muchos clientes de la estación. El problema, sin embargo, es que se retiraron los cañones de nieve y por ello no siempre es practicable. Esto ha provocado que, cuando no hay suficiente nieve, muchos terminan haciendo uso de las pistas del Plan de Morens.

5 • Baqueira-Beret

La Val d'Aran no se ha escapado del problema y por ello en la temporada 2015-16 optó por adaptar cinco circuitos específicos para la práctica del Skimo. Son 5 circuitos seguros y dentro del área de la estación de esquí. Este es uno de los motivos por los que los que se inician en esquí de montaña prefieren hacerlo en una estación de esquí, porque se sienten seguros. La idea en Baqueira es que la práctica del Skimo se haga sin interferencias con los esquiadores de alpino o, en todo caso, que el contacto entre los dos colectivos sea muy puntual y localizado en unos pocos puntos de la estación.

Los circuitos se deben seguir, siempre, por la parte externa de las pistas de alpino en las que se sigue de una forma más o menos paralela, convirtiéndose en una modalidad compatible con los esquiadores de alpino ya que, en principio, no deberían hacer uso de las pistas de alpino para subir y en todo caso sólo coincidirán en la hora del descenso.

6 • La Molina

Es un caso especial porque, de entrada, hay que tener presente que en la montaña de la Tosa la práctica del esquí de montaña está prohibida por una normativa municipal del Ayuntamiento de Alp. En la práctica, sin embargo, los esquiadores de montaña hacen uso, no sólo de los pendientes de la montaña para practicar el esquí de travesía, sino que hacen uso de las pistas de alpino para subir y bajar, de día y, de forma muy notable, de noche.

Ante los hechos consumados por la presencia cada vez más elevada e imparable de practicantes durante el día, la estación optó por recomendar, desde la temporada 2015-16, que los esquiadores de montaña se adaptaran a la normativa publicada por la FEEC (Federación de Entidades excursionistas de Catalunya). En resumen: se pide a los esquiadores de montaña que suban ceñidos a los laterales de la pista, que se suba en fila "india" y que no lleven animales, o en todo caso, que lo hagan atados.

En cuanto a la noche: el porqué de tanta presencia de esquiadores es fácil de entender: el atractivo que supone subir a cenar al refugio del Niu del Águila (2.535 m) foqueando por las pistas de la Comabella u Olímpica es un aliciente al que pocos quieren renunciar. Para hacerlo compatible se procura establecer una buena coordinación entre los responsables de pisar pistas y los guardas del refugio, y así coordinar los horarios y las pistas que se utilizarán para el descenso.

7 • Cambre d'Aze

La estación de Cambre d’Aze es otra de las que apuesta abiertamente por impulsar la práctica regulada del skimo en su estación. Ya en el invierno pasado acogió una prueba del circuito de la copa del mundo de la especialidad, precisamente para proyectar la estación entre los practicantes. Sobre el mapa de la estación tiene marcado un itinerario con salida en la base a 1.650 m y llegada a 2.650 m. Este itinerario es que se utilizó para la prueba individual del quilómetro vertical y discurre por el lateral de las pistas la Combe, Rhodos y Paul Ribeil.

8 • Masella

Como su vecina La Molina, la práctica del esquí de montaña está prohibida por un edicto municipal, tanto de Alp como en Das (términos municipales donde se halla la estación de squí) publicado en 2008, pero lo cierto es que el conflicto es mucho más presente que en cualquier otra estación, igualmente de día o de noche.

El problema añadido en Masella es que sus pistas (todas en la vertiente norte del macizo de la Tosa) suelen estar bastante más frecuentadas por esquiadores de alpino que no su vecina (que sólo tiene dos pistas en ese macizo) y, en consecuencia, los conflictos aparecen por una pura cuestión de más probabilidades. Además, las pistas bajas y medias están mayoritariamente protegidas por bosque y no hay opción de foquear fuera del trazado pisado. Los conflictos aparecen con más frecuencia.

La temporada 2015-16 uno de los maquinistas de Masella, Martí Carbonell, fue preguntado por este problema y advirtió de los peligros que supone pisar en horario nocturno con las máquinas mientras a la vez se creen los esquiadores de montaña, que suben o bajan de la Tosa y el Niu del Águila. Carbonell fue muy conciso con su afirmación cuando dijo que: "es un problema muy grave, que, además, y si nadie lo soluciona tendremos un disgusto".

En conclusión

El caso de Masella es, con toda seguridad, el que mejor ejemplifica que hay un conflicto que no se ha resuelto y que, si no ha ido a más, es por la prudencia de los maquinistas y por el sentido común de la mayoría de practicantes de las dos modalidades. Ahora bien, eso no quita que esta es una realidad que, tarde o temprano, habrá que resolver de una forma más clara y eficiente en beneficio de la seguridad y la tranquilidad de todos. El aviso y el precedente están claros: tarde o temprano se puede repetir el accidente de Arinsal, o la colisión entre dos esquiadores de las dos modalidades. Y el resultado puede ser trágico.

 

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