La Sal, ¿aliada o enemiga del coche?

La Sal, ¿aliada o enemiga del coche?

La sal enemiga y amiga de tu vehículo

Dom, 18/02/2018 - 17:53
Durante el invierno para evitar que se forme hielo en las carreteras los servicios de mantenimiento se encargan de esparcir sal, pero este aliado también acarrea consecuencias negativas tanto para las infraestructuras como para los propios vehículos.
En cuanto caen las temperaturas especialmente cuando ha nevado vemos los camiones esparciendo sal por las carreteras para evitar que se forme hielo. La sal es el mejor elemento para evitar el hielo y la nieve, ya que al mezclarse con el agua provoca que esta se hiele a temperaturas más bajas, ello ayuda a que personas y vehículos podamos circular sin peligro por las aceras o carreteras. Incluso llegamos a reclamar que las autoridades hagan salir a las máquinas quitanieves para retirar la nieve y esparcir sal.
 
 
¿Sal o potasa? Esta pregunta surge cuando hablamos de la sal obtenida de las  minas. De las minas se obtienen ambas; la potasa se utiliza principalmente como fertilizante en la industria agrícola, y la llamada sal gema es la que se utiliza para las carreteras. En España tenemos la empresa Iberpotash que explota las minas de Suria, Sallent y Cardona (Barcelona). La sal marina, es la más ecológica, pero más cara, y respetuosa con el medio ambiente, se utiliza para el deshielo y la nieve, la empresa Infosa en Sant Carles de la Rapita (Tarragona) produce este tipo de sal.
 
Pero no pensamos en los aspectos negativos que conlleva, la sal es extremadamente corrosiva y acelera los procesos de oxidación, veamos los más destacados:
 
Enemiga de los coches
 
 
Cuando circulamos por una carretera nevada, veremos que al secarse el coche queda blanco, ese color blanquecino es la sal adherida a la carrocería y es muy corrosiva. Rápidamente deberemos proceder a lavar nuestro vehículo con agua.
 
No lo hagáis en seco ya que podríais rallar la pintura del vehículo. Esto es recomendable a pesar de que los vehículos modernos van protegidos frente a la corrosión con pinturas antióxido o el galvanizado de algunas piezas.
 
Enemiga de las carreteras
 
 
Al igual que ocurre con los coches, la sal debido a sus propiedades corrosivas y de aceleración de la oxidación es dañina para el asfalto, guardarailes, señales, farolas etc. El asfalto padece más con la sal y todos los elementos metálicos sufren una oxidación más rápida.
 
Enemiga de las estaciones de esquí
 
 
Cuantas veces nos habremos caído al acceder a nuestra estación de esquí con lo fácil que sería haber echado un poco de sal. No se puede echar sal en las inmediaciones de las estaciones de esquí, ya que con la sal adherida nuestras botas esta podría llegar a las pistas, por ello como máximo colocan algunas alfombras de goma para evitar resbalones.
 
Enemiga del material de esquí
 
 
Si viajamos con nuestro material en un porta esquís sin funda, los esquís irán recogiendo la sal que se encuentra en la carretera y que otros coches elevan. Con lo cual al llegar a casa se debe de retirar la sal con agua y después secar con un paño. 
 
Enemiga del medio ambiente
 
 
La sal provoca dos grandes problemas en el suelo, en primer lugar, actúa sobre la capacidad de absorción de nutrientes del suelo y provoca la pérdida de permeabilidad del mismo. Respecto de los nutrientes puede afectar a la capacidad de nutrientes como el calcio, en el caso del sodio este puede desplazar al potasio que es fundamental para las plantas. Produce un efecto de impermeabilizar el suelo, y el agua empieza a acumularse en la parte superficial y no llega al interior del suelo.
 
Solución
 
La solución sería utilizar otros compuestos más respetuosos con el medio ambiente pero no son baratos. Hay soluciones imaginativas como sería utilizar por ejemplo remolacha, pero se trata de algo en fase de experimentación. Otras alternativas serían el acetato de calcio, de magnesio o potasio, sin embargo son más caros, por lo tanto, su uso es difícil que se extienda, todo y que en países nórdicos se han utilizado en algunas zonas específicas de alto valor ecológico.
 
 
De todas maneras, no existe otro método más eficaz y barato que la sal, y se insiste que, si se usa de forma responsable y cuando se proyecta una carretera, en los laterales se planta vegetación adecuada se puede evitar que la sal se deslice hacia los cursos de agua cercanos, y de esta manera no supone riesgo para el medio ambiente. 
 
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