Hace unos días, el Gobierno de Aragón anunciaba que volvería a instaurar un polémico impuesto sobre el transporte por cable que entró en vigor en 2006 durante el mandato de los socialistas y que en 2012 derogaron los populares. 

 

El anuncio ya provocó el rechazo de todo el sector turístico, trabajadores y empresarios de invierno ya que de hecho, supone un "castigo" sobre el ya de por sí difícil mercado de la nieve. 

 

La impopular medida afectaría a todas las estaciones aragonesas. Imagen: Aramón Cerler. Archivo
 

Ahora, unos días después del controvertido anuncio por parte de las autoridades aragonesas, es la estación de esquí de Astún la que, a través de unas declaraciones de su Director Gerente Andrés Pita, en las que manifestaba a las claras que esto supondría un grave perjuicio para el sector de la nieve de esta comunidad que ya lleva arrastrando los efectos de la grave crisis económica de los últimos años. 

 

Añade también que tanto ellos como Candanchú, ambas privadas, quedarían en inferioridad de condiciones respecto del resto de las estaciones de esta comunidad están en manos del Gobierno autónomo que participa al 50% con Ibercaja del Grupo Aramón Montañas de Aragón S.A.

Advierten también que el llamado "impuesto del cable" producirá un impacto negativo sobre la economía de la región con lo que supondrá la pérdida de puestos de trabajo debido a la pérdida de competitividad frente al grupo Aramón. 

 

 

A pesar de que desde el Gobierno conocen perfectamente la situación del sector turístico aragonés y en concreto el de invierno, están dispuestos a ponerlo en marcha ya que pretenden que sea a través de un incremento en los precios de los forfaits todas las estaciones puedan pagar este impuesto sobre el transporte que supondría para las arcas aragonesas ingresar cerca del millón y medio de euros. 

 

La situación no es nada halagüeña ya que la oferta de nieve a uno y otro lado de los Pirineos es potente y sin duda las montañas aragonesas perderían competitividad respecto a las estaciones francesas andorranas y catalanas. 

Astún tacha de injusto este impuesto y señala las dificultades en las que se encontrará para poder pagarlo, mientras recuerda que su creación para reparar el supuesto daño ambiental que los remontes ejercían sobre el entorno no se ha visto apenas mejorado en relación a la preservación y protección de la naturaleza.

 

 

Señala Andrés Pita que la aplicación de esta tasa tendrá efectos "perjudiciales" para la economía del valle de Aragón, donde se sitúan Astún y Candanchú para terminar diciendo que el gobierno autónomo tal vez no haya sabido valorar el asunto con el realismo y la mesura necesaria. 

 

Lo cierto es que aunque de momento la única que se ha  significado y ha dado un paso al frente ha sido Astún, la medida no ha caído bien en ninguna de las otras estaciones aragonesas. La medida afectaría a todas ellas pero, quizá debido a que "su jefe" es el propio gobierno, Aramón y sus centros invernales de Formigal, Panticosa, Cerler, Javalambre y Valdelinares guardan silencio mientras que Candanchú, recientemente comprada por Ibernieve Aragón, de momento bastante tiene con solucionar sus propios problemas internos herencia de sus anteriores gestores. 

 

 

¿ Cómo veis vosotros el asunto, deberían echarse atrás las autoridades y no apretar las clavijas a un importante motor económico como el del turismo de nieve?

 

 

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