Nuestras antípodas están que se salen, a pesar de las predicciones de una recesión económica y el levantamiento bastante reciente de las leyes de confinamiento por el coronavirus, las estaciones de esquí de Nueva Zelanda no solo están sobreviviendo este invierno sino mejorando sus resultados. 

Tanto en la Isla Norte como en la Isla Sur, los centros invernales están teniendo un aumento significativo en el número de visitantes en comparación con las temporadas anteriores.

Todas las escuelas de Nueva Zelanda han tenido ya su periodo de vacaciones de invierno, lo que ha contribuido al gran aumento en el número de visitantes en los centros turísticos en esta primera parte de la temporada. Pero no debemos olvidar, que la mayoría de los centros turísticos de Nueva Zelanda dependen en buena parte del turismo internacional, sobre todo el australiano quienes representan cada año una buena parte del pastel. A pesar de carecer de los esquiadores extranjeros las campañas que se han hecho en Nueva Zelanda han conseguido que los Kiwi vayan a esquiar a sus estaciones como nunca lo habían hecho antes.

En la Isla Norte, las estaciones de esquí de Turoa y Whakapapa vieron un aumento del 5% en sus números en comparación con el mismo periodo de la temporada anterior. En la Isla Sur, las estaciones de esquí de Coronet y Remarkables experimentaron niveles récord en su afluencia diaria, al llegar sobre los 10.000 esquiadores y snowboarders en las pistas diariamente de promedio. Este récord no se había superado en los últimos siete años.

Hace una semana las tormentas dejaron entre 70 y 80 cm de nieve en las estaciones de Perisher y Threbdo. Foto Alpine Eyre.

A pesar de las dificultades, las estaciones de esquí nuevazelandesas lo están haciendo mucho mejor de lo esperado. A pesar de ser la primera vez en la historia, que los kiwis pueden disfrutar de sus centros invernales vacaciones para ellos solos.