Así quedará Coll de Pal en La Molina una vez terminadas las obras

Así quedará Coll de Pal en La Molina una vez terminadas las obras

Dos esquiadores observan Coll de Pal desde la pista Comabella de La Molina (Foto: Ivan Sanz).

Tue, 17/07/2018 - 22:53
Coll de Pal permitirá, una vez acabas las obras, consolidar el turismo de deportes de invierno en la zona del Alt Berguedà.

Un refugio y un telesquí. Así era, muy resumidamente, el parque de nieve que había en Coll de Pal. Esta "mini" estación de esquí fue proyectada en 1975 y finalmente puesta en marcha en 1980. Inicialmente fue gestionada por el Club Esquí Coll de Pal, entidad de Bagà, hasta que en 2005 la pequeña estación se integró en La Molina.

Desde entonces el Ayuntamiento de Bagà, propietario de las instalaciones y de los terrenos donde se ubica, ha intentado desarrollar la zona de común acuerdo con La Molina, pero los problemas para terminar algunas obras y consolidarla se han ido sucediendo.


Así quedó el telesilla de Coll de Pal el año 2011: a medio terminar (Foto: Ivan Sanz).

Rasos de Peguera y Coll de Pal fueron durante los años 80 y 90 del siglo pasado las dos áreas que la comarca del Berguedà podía lucir como espacios esquiables. Eran, de alguna manera, la tarjeta de presentación de esa comarca como territorio de deportes de invierno. Con remontes, claro.

Desgraciadamente las dos zonas terminaron por cerrar instalaciones por falta de viabilidad. Si Rasos de Peguera bajó las persianas como estación de esquí en 2004, un año más tarde lo hacía Coll de Pal. Desde entonces ni la una ni la otra han conseguido estabilizarse como espacios para el esquí alpino y han acabado convirtiéndose en áreas esquiables supeditadas a que las nevadas del invierno de turno sean suficientemente generosas. Sólo así existe la opción de abrir los remontes. Como ocurre en casi todo el Pirineo, y es que sin la ayuda de la producción de nieve muchas estaciones de esquí tendrían dificultades para abrir de forma estable a lo largo de la temporada.

Coll de Pal a medio terminar

Una vez el área esquiable de Coll de Pal pasó a ser gestionada por La Molina, en 2005, no tardaron en llegar las inversiones y un proyecto para integrarla como un espacio más del dominio esquiable.

En 2008 se instalaba una cinta transportadora cubierta, un primer paso para consolidar la zona. Dos años más tarde, en 2010, era el mismo Ajuntamiento de Bagà quien impulsaba la construcción de un nuevo edificio de dos plantas y de una superficie de 700 m2 para la zona, con un coste de casi 1,5 millones de euros. El edificio de servicios contemplaba albergar un restaurante, una tienda de alquiler, tienda de venta de material y oficinas para venta de forfaits y escuela de esquí. Pero el edificio quedó a medio terminar un año más tarde.

El mismo año se empezaba, y también quedaba a medio finalizar, las obras de un telesilla que debía unir Coll de Pal con el pie de pistas de La Molina, en concreto con la zona del Lago, en la cota 1.700 de la estación. Este remonte es lo que se conoce como el telesilla de Coll de Pal. En realidad no se trata de un nuevo remonte, sino que estamos hablando del viejo telesilla de 4 plazas de Cap de Comella, que en su momento fue sustituido por un moderno desembragable de 6 plazas.


Vista frontal del edificio que complementará los servicios de la zona esquiable (Foto: Ivan Sanz).

El telesilla, pieza clave para garantizar el acceso a la zona

El parón de las obras del telesilla el año 2011 supuso un obstáculo insuperable para terminar de proyectar Coll de Pal como zona esquiable. Sin telesilla, tampoco tenía demasiado sentido finalizar las obras del nuevo edificio de servicios, ya que en la práctica el acceso a la zona era demasiado precario.

Actualmente hay tres posibilidades para acceder a la zona. Una es por carretera desde Bagà, por medio de la carretera local BV-4024, propiedad de la Diputación de Barcelona, ​​pero esta vía de 19 kilómetros tiene problemas para mantenerse abierta algunos días de invierno y requiere varias mejoras, entre las cuáles mejorar el firme, la anchura y reducir el riesgo de avalanchas. Por lo tanto, es un acceso poco fiable.

La segunda opción es esquiando, pero para ello hay que ser un esquiador de nivel avanzado, ya que la pista que accede, la Comabella, es de calificación roja. Además, este trazado no se consolidó hasta el año 2006 y todavía hoy no dispone de instalación de nieve producida, así que en inviernos de poca precipitación la apertura de la pista no está garantizada.

Y el tercer acceso, aún no terminado, es el citado telesilla, que quedó pendiente de finalizar por la irrupción de la crisis económica de 2008. En 2011 las obras quedaron paradas, y eso que ya estaban instaladas varias pilonas y las estaciones de salida y retorno.


La cinta transportadora actualmente instalada en Coll de Pal (Foto: Ivan Sanz).

El PDU Molina-Masella vuelve a consolidar la zona

No fue hasta 2016 que Coll de Pal volvía a ser motivo de debates en los despachos del Ajuntament de Bagà y de la Conselleria de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya. Y también actualidad informativa. Coll de Pal volvía a ser noticia en los medios de comunicación de la Cerdanya, el Berguedà y los medios sectoriales del mundo de la nieve.

En 2016 se hacía público el nuevo Pla Director Urbanístic de Molina y Masella, redactado pensando en la posibilidad de que ambas estaciones puedan acoger en el futuro unos juegos de invierno. En este documento, heredero actualizado y ampliado del Pla Director de La Molina del año 2012, se volvía a poner de manifiesto la voluntad de proyectar Coll de Pal como zona esquiable del dominio de La Molina y Masella.

En concreto el PDU especificaba que había que fomentar los accesos y el esquí en Coll de Pal. Para hacerlo posible el nuevo PDU, ya redactado y puesto a exposición pública en mayo de 2016, se consolidaba la propuesta de dar un acceso a la zona desde Bagà, con el objetivo de fomentar su uso y extender la influencia, en el ámbito económico y social, de la estación ceretana a la zona del Alt Berguedà. Una propuesta que también permitía a ese territorio volver a erigirse como un área esquiable consolidada, y por tanto posible beneficiaria del turismo de los deportes de invierno.

Así quedará Coll de Pal

Una carretera de acceso con mejoras por la vertiente sur, pero con un aparcamiento limitado a 150 vehículos, y un telesilla que garantice el acceso y la conexión con el pie de pistas de La Molina por la vertiente norte, son las dos grandes vías de acceso que tendrá Coll de Pal una vez queden concluidas las obras. El edificio que Bagà tiene a medio terminar será el que permitirá complementar en servicios el área esquiable.

Para garantizar la nieve en la zona también está prevista la construcción de una balsa de agua destinada al abastecimiento de la red de cañones de nieve de las pistas Comabella, Sant Jordi y la antes mencionada cinta de debutantes. De hecho, este pequeño lago ya fue incluido en el plan director de La Molina el año 2012 y lo que hace el PDU es consolidarlo de nuevo en el proyecto.

¿Cuándo comenzarán las obras?

Por primera vez desde 2011 las condiciones económicas a la Generalitat de Catalunya para finalizar las obras del telesilla Coll de Pal han mejorado y todo hace pensar que se unirán a otras también estrechamente ligadas al Ajuntamiento de Bagà. Unas obras que, en realidad, ya deberían haber empezado en esta pasada primavera de 2018.

La prolongación del telecabina Alp 2500 hasta el Niu del Àliga (término municipal de Bagà), que debían haber comenzado hace justo un año, se detuvieron por motivos relacionados con la concesión. La duda ahora, sin embargo, es si las dos obras comenzarán este 2018 o bien si todavía habrá que espera un año más.


Vista parcial del teleesquí de Sant Jordi (Foto: Ivan Sanz).
 

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