El Everest tiene un problema grave, 14 toneladas de heces humanas, y puede tener solución

El Everest tiene un problema grave, 14 toneladas de mierda humana, y puede tener solución.
Mon, 13/08/2018 - 18:09
El problema de la caca se podría acabar con un digestor de biogás que convertirá los excrementos en fertilizante y gas metano que podría usarse para cocinar.
De nuevo nos llegan buenas y malas noticias desde el Everest. Primero las malas: la cima más alta del planeta tiene un problema: las toneladas de heces y orina que acumulan las expediciones. Y ahora las buenas: Garry Porter, que intentó escalar el Everest en 2003, ha propuesto una solución para el problema de la caca: un digestor de biogás que convertirá los excrementos en fertilizante y gas metano que podría usarse para cocinar alimentos y en pequeñas viviendas de las aldeas cercanas.
 
La noticia la publica nada más y nada menos que el Washington Post
 
En los aproximadamente dos meses que lleva escalar el Monte Everest, el alpinista promedio habrá producido casi 28 kilos de excrementos. Esta temporada, los cargadores que trabajan en el monte Everest transportaron 14 toneladas de desechos humanos desde el campamento base y otros lugares. Se dejó caer en pozos de tierra en Gorak Shep, un lecho de un lago congelado cerca de un pueblo a 17.000 pies sobre el nivel del mar.
 
Foto: unsplash.com
 
Si no se maneja adecuadamente, la materia fecal congelada pasará años arrojando basura en una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo. Como Grayson Schaffer, editor de la revista Outside escribió en un artículo de opinión del Washington Post de 2012: "El pico se ha convertido en una bomba de tiempo fecal, y el desastre gradualmente se desliza hacia el campamento base".
 
Sin embargo, se atisba una solución factible: un ingeniero retirado que intentó escalar la cima en 2003, ha pasado una buena parte de su jubilación pensando en el Everest, y sobre cómo limpiarlo. "Realmente el Everest se merece algo más que eso, y es mi responsabilidad porque soy un escalador y no puedo irme diciendo que mi mierda no huele", cuenta Porter.
 
Su solución para lo que él llama una pesadilla ambiental potencial es simple: un digestor de biogás para convertir los excrementos del alpinista en algo más útil. El digestor produciría fertilizantes y metano, un biogás renovable que puede usarse para cocinar alimentos y hogares livianos.
El digestor que Porter quiere construir no será muy diferente de los dispositivos que se venden en Internet: un tanque grande que puede contener agua, desechos humanos y bacterias anaeróbicas producirán fertilizantes y gas metano para alimentar cocinas y calefacciones.
 
El mayor obstáculo radica en que las bacterias no harán su trabajo a temperaturas muy bajas. Por ello, el dispositivo es un cruce entre una instalación de tratamiento de aguas residuales y un termo gigantesco, un digestor, enterrado en el suelo y rodeado de aislamiento. Además de eso, los subcontratistas construirán una cabaña básica que mantendrá los elementos y la temperatura adecuada.
 
Porter asegura en el Washington Post que su grupo, el Monte Everest Biogas Project, cuenta con la aprobación del gobierno nepalés para construir el digestor, junto con la bendición de decenas de escaladores que intentaron conquistar el Everest.
 
El precio estimado para instalar el digestor puede alcanzar el millón de dólares y se podría comenzar a construir tan pronto como Monte Everest Biogas Project recaude fondos suficientes.
 
 
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