Las estaciones de esquí de Andorra cierran la temporada con pérdidas astronómicas

Las estaciones de esquí de Andorra cierran la temporada con pérdidas astronómicas

Vallnord Pal Arinsal ha tenido un invierno con bastante nieve pero sin apenas esquiadores a casua de la Covid-19. (Foto: Fernando Galindo -Vallnord)

Tue, 06/04/2021 - 10:48
Vallnord Pal Arinsal ya ha dado cifras: una caída de visitantes y facturación del 88%. Grandvalira lo hará en breve, pero avisa: “serán muy malas”.
Lo que Andorra ya sabía se ha hecho realidad: las estaciones de esquí andorranas cierran la temporada de esquí con pérdidas astronómicas. En un país donde el PIB depende en un 40% del turismo de invierno, prohibir la llegada de visitantes extranjeros supone cortocircuitar la economía.
 
Y eso es precisamente lo que han provocado las restricciones de movilidad a causa de la pandemia de la Covid-19: pistas con mucha nieve, pero vacías, apenas con algunos esquiadores andorranos, franceses y españoles, pero nada que ver con ninguna de las temporadas anteriores, ni tan siquiera la 2019-20, cuando el cierre precipitado a mediados de marzo no afectó demasiado a las cuentas del sector de la nieve del Principado.
 
La primera estación en arrojar un balance económico ha sido Vallnord Pal Arinsal: 93 días de temporada, durante los cuales se han vendido un total de 57.973 días de esquí, lo que significa una caída del 89% respecto a la temporada 2018-19 cuando se llegó a los 527.027.
 
 
Quien todavía no ha presentado sus números es Grandvalira, pero el macro dominio andorrano avanza que hay “pérdidas millonarias, muy elevadas”, en palabras de su Director General, Juan Ramón Moreno, a los medios andorranos.
 
Moreno avisa también que a causa de estos malos resultados económicos, “la próxima temporada tendremos que mirarnos muy bien las inversiones y ser muy selectivos en este sentido. Tocan períodos complicados para todos los negocios y nosotros no somos una excepción", reconoce.
 
A pesar del varapalo de este invierno, el directivo de Grandvalira es optimista sobre el futuro y confía en que la próxima temporada sea la de la recuperación económica. Moreno cree que el turismo de proximidad será clave y que ayudará a sustituir la baja del turista lejano, que tardará más en volver a los hábitos de esquí de antes de la pandemia. "Francia y España serán los dos mercados más relevantes y en particular Cataluña, por la cercanía que tenemos", explica.
 
Además, hace unos 20 días Joan Viladomat, socio mayoritario del Pas de la Casa - Grau Roig, Una de las estaciones que componen Grandvalira, ya avanzó en una entrevista al Diari d'Andorra que SAETDE se enfrentaba a unas pérdidas de unos 15 millones de euros. También señaló que la estación que el dirige no congelará las inversiones un mínimo de 3 años. 
 
En el otro gran dominio andorrano, Vallnord Pal Arinsal, más de lo mismo. "Esta temporada no es comparable con ninguna. Nunca hemos tenido un año con unos ingresos tan flojos como estos. La situación es muy preocupante", señala el Director General de Vallnord, Josep Marticella, en declaraciones al Diari d’Andorra.
 
A pesar de que la temporada de esquí 2020-21 ya es historia, sus consecuencias tardarán tiempo en desaparecer. El País de los Pirineos ha vivido en sus carnes una cruda realidad: con el 10 por ciento de los esquiadores -más o menos lo que representan los esquiadores andorranos- no es posible subsistir.
 
                                                             
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