En el caso de  la estación de Mourtis, un complejo de esquí familiar de Haute-Garonne, un joven 13 años murió después de perder el control de sus esquís, según el equipo de alpinismo de la gendarmería (PGHM), el adolescente, que no estaba usando casco en el momento del accidente,chocó contra un árbol, según los resultados preliminares de la investigación. Fue rápidamente trasladado en helicóptero a Toulouse, pero murió en el hospital. 

 

En la estación de Cauterets, situada en los Hautes-Pyrénées, un esquiador de 53 años sufrió una caída en circunstancias aún poco claras, golpeándose violentamente en la cabeza, según las primeras investigaciones de la policía de montaña. La víctima, en el que era su primer día de vacaciones, estaba usando casco cuando ocurrió el accidente, pero aún así murió en el acto. Se da la circunstancia que el esquiador bajaba por una pista roja reservada sólo para buenos esquiadores.