Trio Pyrénées no puede salvar Puigmal 2900 y el futuro de la estación es cada vez más negro

Trio Pyrénées no puede salvar Puigmal 2900 y el futuro de la estación es cada vez más negro
Dom, 19/11/2023 - 08:20
El grupo público francés que ya tiene Porté Puymorens, Formiguères y Cambre d’Aze no descarta una solución a largo plazo, pero imposible antes de que expiren los 60 días para hallar inversores.
El 19 de octubre de 2023, el tribunal de comercio de Perpiñán declaró la liquidación forzosa de Puigmal 2900, sumiendola en una situación de urgencia económica.
 
 
Sin embargo, la estación de esquí franco-catalana obtuvo un respiro: tenía tres meses para conseguir 100.000 euros y evitar el cierre definitivo este invierno.
 
Para ello, debía encontrar urgentemente inversores y las dos principales bazas entre los accionistas era que se hiciera cargo de ella el grupo Trio Pyrénées, que ya tiene bajo su paraguas Porté Puymorens, Formiguères y Cambre d'Aze.
 
Una solución final que es irrealizable en los plazos previstos, según Eric Charre, director general de Trio Pyrénées: "Una empresa pública no puede hacerse cargo de empresas privadas, es un primer obstáculo jurídico, entonces hay que plantearse preguntas del equilibrio económico para no invertir capital público sin tener una noción real de actividad sostenible en el tiempo”.
 
El director general de Trio Pyrénées, dijo que su grupo ya estuvo en negociaciones hace tres años -en aquel entonces Puigmal estaba cerrada- con el municipio de Err, al que pertenece la estación y quien debía decidir sobre su futuro, relanzando con nueva delegación de servicio público o bien con capital privado.
 
En aquella ocasión, se optó por la inversión privada, que fue la que mantuvo las pistas, los remontes y los servicios abiertos durante dos temporadas.
 
Charre no descarta una opción de futuro: “si no puede continuar la actividad, hablaremos con el Ayuntamiento, realizaremos un estudio económico y miraremos si hay posibilidades, porque es una lástima para las Neiges Catalanes”.
 
El futuro de la estación más alta de la Cerdanya es muy incierto, la misión cada vez parece más difícil si no imposible y sólo quedan sesenta días.
 
Un poco de historia
 
Puigmal 2900: La Cerdanya puede quedarse huérfana de una de las estaciones más queridas
 
Gestionada en el pasado por los municipios de los alrededores, esta estación con una altura máxima de 2.700 metros, cerró en 2013 debido a una deuda de 9,2 millones de euros, debido en particular a la falta de nieve durante varias temporadas.
 
Los seis inversores de Puigmal 2900, un grupo de amigos, se hicieron cargo de la estación en 2021, en forma de delegación de servicio público, con un proyecto de diversificación de actividades para depender menos del clima.
 
Su ambición: desarrollar las llamadas actividades de las cuatro estaciones. Pero tres años después, más de un millón de euros fueron devorados sin éxito.
 
Desde la reanudación de su actividad, la estación -que emplea cada invierno a cuatro empleados a tiempo completo y a una treintena de temporeros- ya ha experimentado períodos de agitación, en particular al poder abrir sólo cuatro días a la semana, la escasez de alojamiento para acoger a los esquiadores, la falta de nieve en 2022 o incluso una rotura en un telesilla en 2021.
 
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