Cómo mantener tu material de esquí para que dure muchos años

Cómo mantener tu material de esquí para que dure muchos años

Fuente de la imagen comunidadglisse.blogspot.com.es

Lun, 25/01/2016 - 10:51
Una vez hecha la inversión para la compra del nuevo material debemos seguir unos mínimos consejos para amortizar el desembolso realizado. Os damos las pautas a observar.
Complementado el reportaje anterior ¿Qué equipo necesito? Consejos sobre esquís y botas, una vez ya hemos comprado nuestro nuevo equipo de esquí, si queremos que nos dure más allá de una temporada debemos de seguir unos simples consejos básicos para su conservación. En este artículo os daremos unas pautas para que os pueda durar varias temporadas y a la vez sacarle el máximo partido. 
 
Marc Gombau, uno de los mejores Skiman en la céntrica tienda de deportes El Món de Granollers
Skiman, el amigo imprescindible de nuestro material. Marc Gombau, uno de los mejores Skiman en la céntrica tienda de deportes El Món de Granollers
 
ESQUIS
 
Trataremos varios puntos importantes a tener en cuenta sobre su mantenimiento, reparación o almacenamiento. El artículo no pretende ser un tutorial técnico ni mucho menos. 
 
 
Limpieza
 
Comencemos por lo más simple. Después de una jornada de esquí y antes de dejar en su rincón a los esquís, no esta demás separar los esquís, pasarles un paño o esponja húmedos  y secarlos, sobre todo los cantos.
 
A la vez que los limpiamos hacer una revisión visual tanto de las suelas como de las fijaciones. Los limpiaremos ya que en la estación o en el transporte pueden haber cogido desde suciedad, insectos o la propia sal de la carretera. La sal es muy corrosiva y la debemos eliminar con agua. Y los secaremos para evitar el odiado óxido de los cantos. Prestaremos atención en guardarlos bien secos.
 
Servicio de limpieza express en una estación de Corea
 
 
Suelas
 
Cuando esquiamos no cuesta nada prestar un poco de atención en el cuidado de las mismas. Al quitarnos o ponernos los esquís intentaremos hacerlo encima de la nieve, parece una obviedad pero más de uno se coloca o se quita los esquís encima de “piedrecitas”, no cuesta nada caminar uno o dos metros para calzarse los esquís y evitar dañar la suela de forma gratuita.
 
De la misma forma cuando esquiamos, en ocasiones existen obstáculos escondidos, que no podemos evitar, pero no es extraño ver como más de uno pasa por el único lugar de la pista donde hay tierra y piedras. 
 
 
 
Encerado
 
El contacto del esquí con el suelo se realiza a través de las suelas y de hay su importancia. Una vez al año conviene llevar nuestros esquís a un taller profesional, donde el skiman se encargará de mantener y reparar las suelas de nuestros esquís. Las suelas pueden presentar síntomas de “deshidratación” aparecen unas manchas blanquecinas especialmente cerca de los cantos, para evitar ello debemos encerar nuestros esquís. Durante la temporada nosotros mismos podremos encerarlos, para ello podemos optar por dos soluciones; aplicar cera líquida o cera caliente. 
 
Cera liquida, la encontraremos en varios formatos, en espray o en aplicadores con esponja. En ambos casos el recipiente no debe de estar frío, para que la cera salga correctamente, la suela debe estar limpia, aplicaremos la cera, dejaremos secar y pasaremos un paño para afinar y ya estamos listos. 
 
Cera caliente. Limpiaremos las suelas con un disolvente específico, hay quien utiliza un disolvente genérico y lo rebaja con agua. Una vez limpia calentaremos la plancha, las hay específicas pero se pueden utilizar viejas planchas o planchas de viaje. Con la plancha caliente fundiremos la barra de cera y la haremos caer en las suelas, hay quien funde la cera en la plancha y la deja caer sobre las suelas y quien corta pequeñas cantidades de cera y la funde sobre la suela. Con la plancha repartiremos la cera por toda la suela. Dejaremos enfriar. Pasaremos la rasqueta para retirar la cera sobrante. Pasaremos unos cepillos de diferente dureza. Retiraremos la cera sobrante sobre los cantos. Y por último con un paño daremos el pulido final.
 
Parafina. Una de las últimas formas de encerar es la utilización de parafina. Se trata de un material con muy bajo coste y por ello su uso se ha extendido. Personalmente no la he probado.
 
Bolsa de basura. Años atrás cuando no disponíamos de tanto material y aquí muchos productos llegaban en cuentagotas y no teníamos cañones de nieve, para paliar los daños que las piedras hacían a nuestros esquís utilizábamos “bolsas de basura”. En aquella época eran casi todas negras, así que cogías un trozo de bolsa de basura, un encendedor, y literalmente le pegabas fuego a la bolsa, y las gotas de plástico fundido las utilizabas para rellenar los agujeros de las suelas. Una vez enfriado, con una navaja retirabas la parte de material sobrante y listo. Lo malo es que acababa saltando y debías repetir la operación continuamente...
 
 
Cantos
 
Son una parte muy importante. Ya que con nieve dura o hielo, será lo único que nos mantendrá de pie sobre la pista. Ni hay que llevarlos siempre como un cuter, ni redondos. Al igual que las suelas recomiendo una vez al año pasar por el taller, y que sea el skiman quien nos diga si hay que hacerlos o no.
 
Como ya dije cuando guardamos los esquís hay que cuidar en que estén bien secos para evitar que se oxiden los cantos. Podemos utilizar una lima para repasarlos. Las limas pueden ser simples limas, o limas montadas en adaptadores para ayudarnos a su correcto uso. Si uno no es un auténtico profesional, mejor utilizar limas montadas en adaptadores. Y si no somos profesionales, desaconsejo que intentéis “hacer los cantos” vosotros mismos.
 
Lo que no esta de más es utilizar estas limas montadas en soportes para repasar algún canto levemente cuando por ejemplo una piedra nos lo ha dañado. Sólo en estos casos para rebajar las asperezas del canto, aconsejo utilizarlos. Si no podemos causar un pequeño desastre. Además los cantos pueden tener una vida útil corta. Así como las suelas las podemos reparar cuantas veces queramos, los cantos son una pieza de metal que vamos rebajando, y podemos acabar con ellos.
 
 
 
 
Taller
 
Mi consejo es ir al taller una vez al año para que el skiman nos aconseje si debemos “hacer suelas y cantos”. En función de su estado nos aconsejará lo más oportuno.
 
Crédito imagen: Tienda de deportes El Món de Granollers
 
En función del uso incluso podemos ir dos o más veces por temporada. Sólo una advertencia, los cantos son una pieza metálica que recorre el esquí, y que forma parte de la construcción del mismo y no puede ser reemplazada fácilmente.
 
Si pedimos que nos rebajen los cantos muy a menudo, nos podemos encontrar con que la lima se ha comido todo el metal y no tener cantos. Es algo extremo, pero que hay que tener en cuenta, si queremos que los esquís nos acompañen muchas temporadas.
 
 
Transporte
Lo idoneo es transportarlos en el interior de un vehículo donde estarán más que protegidos. Muchas veces esto no es posible, en este caso podríamos optar por un cofre donde estarán resguardados. Si optamos por un porta esquís, deberíamos intentar llevarlos dentro de las bolsas para esquís. Y por último si los llevamos tal cual, tener la precaución al llegar a casa de limpiarlos.
 
 
Almacenamiento
 
 
Los esquís los guardaremos en un lugar limpio y seco. Los protegeremos del sol y de las altas temperaturas. Pero sobre todo de la humedad, ya que los cantos se podrían oxidar. Para evitar esto último podemos utilizar un paño humedecido con aceite y le aplicaremos de esta manera una pequeña capa de aceite a los cantos sin tocas las suelas. También es interesante colocar desde una cinta o un trozo de papel para evitar que los cantos de los dos esquís estén en contacto entre ellos. O incluso guardarlos dentro de una bolsa.
 
 
FIJACIONES
 
 
Limpieza
 
Aquí podríamos reproducir lo dicho para los esquís. Las limpiaremos y haremos una revisión visual. Podemos comprobar su funcionamiento colocando una bota y haciéndola saltar. Y el cuidado que requieren es el engrasado de las partes móviles, principalmente la parte del talón.
 
Taller
 
Cuando vayamos al taller, el skiman ya se encargará de revisarlas y si fuera necesario engrasará las partes móviles de las mismas. 
 
 
 
Almacenamiento
 
Servirá lo dicho para los esquís. Pero añadiremos un cuidado que podríamos tener y que consiste en relajar la tensión del muelle de la fijación. La fijación está regulada en función del peso, altura y nivel de esquí en una dureza determinada, esta regulación se realiza a través de la tensión de un muelle. Se trataría de coger un destornillador y bajar la dureza de la fijación al mínimo, tanto de la puntera como del talón. Y al comenzar la temporada volver a graduar la fijación en el número que nos dejaron inicialmente.
 
 
 
BOTAS
 
 
Limpieza
 
Deberíamos limpiarlas; pasarles una esponja húmeda, para quitar la suciedad, barro, grava o sal que hayan podido coger al caminar desde la pista hasta que nos descalzamos. Limpiaremos bien la suela de las botas. 
 
Unas botas bien cuidadas nos pueden durar años 
 
Secado
 
Aunque las botas son impermeables, no son waterproof, por lo tanto con la nieve primavera o papa, nos puede entrar algo de agua, pero sobre todo el sudor hará que las botas en su interior estén mojadas, concretamente el botín estará húmedo.
 
Es importante que el botín esté seco, evitaremos entre otros inconvenientes, un olor desagradable difícil de evitar. Para ello podemos desde sacar el botín de la bota y secarlo, utilizar secadores específicos de botas (desde resistencias de calor, secadores de aire, etc),  secar las botas cerca de una fuente de calor (con cuidado) o colocar hojas de periódicos para que absorban la humedad. 
 
 
 
Taller
 
Aunque las botas no requieren excesivo mantenimiento, normalmente con la limpieza y el secado tendremos bastante. Debemos retirar las piedrecitas que se puedan instalar en las suelas. Las botas acudirán al taller bien cuando las compremos para adaptarlas, o bien una vez adquiridas por que nos hagan daño en algún punto concreto, aquí el taller nos las podrán personalizar y si es necesario deformar de forma específica.
 
Otro motivo de ir al taller, será una reparación, tanto la puntera de la bota como su talonera, están sujetas a la bota con unos tornillos y eso es así para facilitar su sustitución en caso de rotura o desgaste.
 
 
Otro causa de visita la profesional podría ser la rotura de algún enganche o hebilla. Un cuidado que si podemos realizar es con una fina lija repasar las posibles rebabas que se pueden crear por el desgaste tanto en la puntera como en el talón.
 
 
Transporte
 
Para su transporte utilizaremos bolsas específicas y las colocaremos en el interior del vehículo o en un cofre. Es aconsejable, transportarlas hacia arriba, no tumbadas. Y es conveniente en el interior de la bolsa colocar algún secante. En las suelas podemos colocar unas hojas de periódico, para que absorban el agua y la humedad. 
 
Cuando esquiemos más de un día, no dejar las botas en el automóvil o en un lugar sin calefacción, mejor que estén en un lugar caliente, a parte de que será más fácil ponérnoslas, ayudaremos a que estén secas. No hay nada más desagradable que calzarse unas botas frías y mojadas. 
 
 
 
Almacenamiento
 
Las guardaremos en un lugar limpio y seco. Procuraremos que estén absolutamente secas, para evitar que al comenzar la nueva temporada nos encontremos el botín repleto de moho verde. De igual importancia, es guardarlas con las hebillas y velcros cerrados (ni muy apretados ni muy sueltos), y las lengüetas bien colocadas. Todo ello para evitar que se deformen.
 
También sería interesante guardarlas con algún secante en su interior (por ejemplo una hoja de periódico) para que absorba la posible humedad. Las podemos guardar dentro de su bolsa de viaje, aunque hay quien lo desaconseja.
 
 
 
Hasta aquí la recopilación de consejos, algunos son viejos pero igualmente eficaces. Además podéis preguntar a los profesionales que os vendieron el material o a un taller donde el skiman os prestará sus consejos y ayuda.
 
Agradecemos a la tienda de Granollers el Món por la cesión de sus imágenes.
 
 
 
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