El Pirineo reclama a gritos unos Juegos de Invierno

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Sáb, 16/03/2019 - 15:08


Imagen de hoy en la grada pie de pista del Avet (Foto: Ivan Sanz).

Sábado 16 de marzo de 2019. Cuando estoy terminando de redactar este artículo son ya las 2 de la tarde pasadas. He llegado a Soldeu a las 8 de la mañana. Desde el principio tenía claro que lo que hoy vería, y viviría, sería muy grande.

Ver al lado de mi casa unas finales de la Copa del Mundo de esquí alpino es uno de esos acontecimientos que cualquier aficionado al mundo de la nieve, y el esquí en concreto, tiene que vivir. Y evidentemente quiero decir que hay que verlo en directo, respirando el ambiente y así tiene que ser como mínimo una vez en la vida. Y hoy era mi día.

Hoy tocaba ver las finales del Slalom de mujeres y el Slalom Gigante de hombres. Y os intentaré explicar con palabras lo que he visto y he vivido, aunque me será difícil reflejarlo correctamente.

Pero probaré de hacerlo, así que, como decimos los esquiadores de mi tierra: ¡Vamos allá!

Desde que he dejado el coche delante del hotel sólo he visto organización y espectáculo. Bueno, lo matizo: la mejor organización y el mejor espectáculo.

Desde que he entrado a Soldeu y al pie de pista del Avet sólo puedo tener palabras de elogio por todo lo que está rodeando estas Finales de la Copa del Mundo en Grandvalira.

Hacía días que me estaba empapando del ambiente, pero lo hacía a distancia. Me llegaban comunicados de prensa, fotografías y vídeos. Bueno, lo matizo: : información precisa, fotografías espectaculares y vídeos que transmitían emoción.

Desde que he entrado en la sala de prensa habilitada para que los periodistas puedan hacer su trabajo en las mejores condiciones, sólo puedo decir que he visto profesionalidad e implicación. Bueno, lo matizo: pasión por transmitir y emoción para hacerlo bien y con rapidez.

Desde que he pisado el pie de pista del Avet he visto una afición incondicional y entregada al espectáculo. Entrenadores, niños de clubes, profesores de esquí, políticos andorranos, familias, voluntarios, conocidos o amigos. Bueno, lo matizo: muchísima gente, tanta como 5.000 personas entre grada, pie de pista y terrazas de bares, cafeterías y balcones de edificios encarados a sur.

Y como os podéis imaginar, muchos idiomas entre las conversaciones de pie de pista: en catalán, en castellano, en francés, en inglés o en lenguas eslavas que no he sabido averiguar de qué país provenían. Y más.

En definitiva, creo que he visto en Soldeu un gesto y una voz unánime que provenía de muchísima gente diferente, desde diferentes perspectivas, responsabilidades e incluso del turista o observador menos entendido en esquí pero que piden y gritan, sin saberlo y sin ser del todo conscientes, que queremos y podemos organizar unos Juegos de Invierno en los Pirineos.

Ah, y por cierto. Mañana más. Porque el domingo veremos las finales del Slalom de hombres y el Sslalom Gigante de mujeres. Y no tengo ninguna duda de que el grito volverá a ser el mismo.

Queremos y podemos organizar unos juegos de invierno en el Pirineo.

 

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Blog creado por Ivan Sanz Tusell

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