Una opinión muy personal sobre las sesiones gastronómicas organizadas por el Snow Club Gourmet en el sector Soldeu El Tarter de Grandvalira.

Interior del restaurante Wine & Meat Bar by Jean Leon (Foto: Ivan Sanz).

El pasado 18 de enero tuve la suerte de asistir a la primera de las seis sesiones del Snow Club Gourmet previstas para este 2020. Desde entonces ya se han hecho dos y el 15 de febrero habrá una tercera.

Para los que no sepáis exactamente de qué va esto del Snow Club Gourmet explicar muy brevemente que se trata de unas sesiones gastronómicas que, desde hace cuatro años, se organizan en el sector de Soldeu El Tarter de Grandvalira.

Actualmente el Club Snow Gourmet tiene asociados unos 150 esquiadores, y no esquiadores, que pueden asistir previa reserva a alguna de las sesiones que se organizan a lo largo de la temporada. Por cierto, no es necesario ser socio del club para asistir. El precio oscila entre los 100 euros para los socios y los 120 para los no socios.

La filosofía del Snow Club Gourmet consiste en reunir en torno a una mesa a un reducido grupo de comensales amantes de la buena comida para hacer una cena gastronómica en alguno de los restaurantes de la estación de esquí. Una cena en la que degustarán un menú sibarita cocinado por las manos de alguno de los chefs más reconocidos.

Presentación de la primera sesión del Snow Club Gourmet celebrada en el presente 2020 (Foto: Ivan Sanz).

Por ejemplo, en mi visita el chef fue David Rustarazo 'Rusti, del restaurante Nairod de Barcelona. La acompañaba, para la selección y provisión de los ingredientes de la misma cena, Francesc Collell, del Colmado Singular de Barcelona.

No hace falta que os diga que la cena fue excelente desde todos los puntos de vista a valorar. Un menú acertado en la elección de vinos, contrastes y combinaciones de sabores, en el orden en el desfile de platos, ingredientes de calidad, muy buena compañía en la mesa, y tantas otras cuestiones que sabría explicar mejor que yo cualquier buen crítico gastronómico del momento. ¿Dónde cenamos? Pues en el nuevo restaurante Wine & Meat Bar by Jean Leon, situado en la cota 2.250 metros del sector Soldeu. Todo resultó perfecto, como prácticamente todo lo que sale del "horno" de Grandvalira.

Creo que ahora os aburriría si empezara a describir el listado de platos e ingredientes que fueron desfilando por delante nuestros ojos. Pero por si alguien tiene interés, os dejo aquí la crónica de la sesión a la que asistí, sólo tiene que pulsar en este enlace.

Uno de los platos que se sirvió en mi visita. Puerros confitados, crema de almendra y botarga (Foto: Ivan Sanz).

Sin embargo, si escribo este artículo es porque me gustaría valorar esta experiencia de haber participado en el Snow Club Gourmet desde el punto de vista de un fanático de la cocina más tradicional que hacemos en nuestra casa.

En este sentido pienso que estaría bien que, desde las estaciones de esquí de los Pirineos, en general, se apostara más por los platos y productos locales. Sí, ya sé que me dirán que, en este caso, el de Soldeu El Tarter, es un club gourmet y que como tal su diferenciación es precisamente esta, ya que se trata de una filosofía de gastronomía que busca cierta exclusividad, exquisitez y que va más allá de lo que ya existe. Sí, también estoy al caso que la cocina tradicional o renovada ya se está haciendo en otros restaurantes con cierta filosofía de cocina de montaña.

Bueno, lo entiendo y en este sentido lo comparto, pero vaya, creo que se podría hacer desde un punto de vista complementario al que ya se está haciendo ahora. Simplemente, no olvidemos que una estación de esquí se debe a un territorio, a unas montañas y a una tradición "culinaria" que nos ha precedido con una cultura gastronómica de productos, ingredientes y fórmulas sin la que, sin haber pasado antes por ella, no estaríamos en el nivel en el que nos encontramos ahora. Admito que es una opinión y visión muy personal y que cualquier crítico gastronómico profesional encontraría argumentos para poner en cuestión esta visión. De hecho, no es la primera vez que escribo sobre esta cuestión y lo hago con un espíritu constructivo.

Y una segunda y última cuestión. Hoy en día las estaciones de esquí se están convirtiendo en verdaderos parques temáticos con los deportes de invierno como "hilo conductor", a partir del cual podemos combinar ocio, gastronomía y relajación. O si lo preferís cambiar relajación por desconexión. Todo ello mientras practicamos un deporte que nos permite socializar desde muchos puntos de vista.

Otro de los platos, ya como postre, que se sirvió en mi visita. Arroz Aquarello con leche y helado de azafrán del Cashmir (Foto: Ivan Sanz).

La tendencia es general, sea en Grandvalira o en otras estaciones de esquí de los Pirineos. Cuando vamos a esquiar lo hacemos porque tenemos claro que vamos a pasarlo bien y mucho mejor si es con una buena meteorología, y prueba de ello es que las estaciones, cuando hacen más caja, es en los días anticiclónicos con nieve quizás un poco justa en pistas y no siempre de la mejor calidad. ¿Será que la codiciada nieve polvo quizás ha sido sobrevalorada y ya sabemos vivir sin ella? Ya llegará el día que tocará escribir al respecto.

Pienso que la iniciativa del Snow Club Gourmet, nacida hace cuatro años, no sólo es en buena parte innovadora dentro del ámbito del mundo del esquí y de los Pirineos, sino que habría que englobarse en esta tendencia creciente de hacer de las estaciones de esquí una especie de destinos del ocio en los que, a medio plazo, se acabará haciendo algún tipo de actividad casi los 365 días del año y durante 12 de las 24 horas del día.

La iniciativa es un acierto que ayuda un poco más en la estabilización del turismo de montaña, desestacionaliza la actividad económica y permite dinamizar y complementar el ocio y las funciones de una estación de esquí. Permite que familias enteras, grupos de amigos, parejas o singles puedan llegar a un destino de nieve y que cada uno encuentre su espacio y rincón de ocio a su medida.

Vamos por la buena pista y que por muchas temporadas más continúe así.