Abierta la que será la última rotonda del corredor del Aller hacia San Isidro

Abierta la que será la última rotonda del corredor del Aller hacia San Isidro

Acceso desde el Principado de Asturias al Puerto de San Isidro. Crédito La Nueva España

Lun, 15/07/2013 - 19:11
Las obras del tramo Corigos-Cabañaquinta están al 75% cuando faltan cinco meses para la fecha prevista para la inauguración de la carretera, que comenzó en 2006.
La Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Fomento abrirá esta mañana al tráfico el puente y la glorieta finales del Corredor del Aller, a la salida de Cabañaquinta, en dirección a las estaciones de Fuentes de Invierno y San Isidro. Estas infraestructuras servirán también para dar acceso a los vecinos de Rozá y supondrán el derribo del puente antiguo.
La ejecución del conjunto del tramo entre Cabañaquinta y Corigos, con el que concluirá el Corredor allerano, , según fuentes de la Consejería de Fomento, aún se encuentra a un 75 por ciento.
El ritmo de la actuación está muy ajustado para terminar en el último plazo ofrecido por los responsables de Fomento, que aseguraron que las obras estarían listas a finales de este año. Los trabajos, que arrancaron en 2006, acumulan un importante retraso debido a las trabas que encontró el proyecto original por la complejidad del trazado. La variante allerana discurre de forma paralela al cauce del río Aller y la línea ferroviaria.
 
El derribo del antiguo paso a la localidad de Rozá también es una exigencia de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para evitar inundaciones. La entidad obliga a eliminar este puente porque cuenta con un apoyo intermedio dentro del río, que podría ocasionar taponamientos en caso de crecida del cauce. Además, según Fomento, la estructura «presenta signos de deterioro en sus cimentaciones».
 
El nuevo puente que abrirá hoy al tráfico tan solo cuenta con dos apoyos fuera del agua y está formado por la pieza más grande que se ha instalado en la ejecución de la obra del Corredor. Tiene una longitud de sesenta metros y alcanza una altura de 8,5 metros. La calzada mide siete metros de ancho y se completa con dos aceras de 1,5 metros cada una, que permitirán el paso de vecinos y ganado. La instalación de este acceso sin construir un paso alternativo para los peatones y los animales generó polémica.
 
Algunos vecinos criticaron la «falta de seguridad» en el nuevo puente, pero Fomento mejoró el proyecto con la instalación de las aceras y de farolas «tal y como reclamaba el Ayuntamiento», informaron ayer desde la Consejería. El enlace a Rozá abrirá esta mañana, a primera hora y el paso antiguo se cerrará hasta que sea derribado.
 
 
 
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