Cerrada desde 2017 por problemas económicos, la estación de Puyvalador, en la Cerdanya francesa, reabrió en 2019 gracias al impulso de un topógrafo de Carcassonne (Aude) y su pareja, que invirtieron 300.000 euros para volver a poner en marcha 2 remontes y cuatro pistas.

 

Para que sea rentable, deben vender 50 pases por día a un precio razonable: 30 euros para un adulto y un niño. Tras dos inviernos marcados por las restricciones de la Covid, por fin han podido tener una temporada de esquí completa y los números han salido.

 

Julien y Natalia Sabarthes, que asumen todas las tareas ellos mismos junto a varios voluntarios -gestión del refugio, venta de forfaits, puesta en marcha de los remontes y adecuación de las pistas- han conseguido vender la nada desdeñable cifra de 7.000 forfaits.

 

 

 

En un comunicado en sus redes sociales, Puyvalador da por terminada la temporada con un mensaje de optimismo: “Nos gustaría agradecer a nuestro equipo y a los voluntarios que ayudaron a que la temporada funcionara sin problemas. Y una mención especial a todos nuestros clientes que vinieron a esquiar. Nos vemos pronto y especialmente el próximo invierno”.