Un après-ski estelar en la estación de esquí de Espot

Un après-ski estelar en la estación de esquí de Espot

Taller de astronomía a 2.000 m en Espot (Foto: E. Soro)

Dom, 09/02/2020 - 07:58
SkiPallars, una marca comercial para un destino, tres estaciones y un après-ski único en Espot

Las estaciones de esquí del grupo FGC apuestan por convertirse en destinos de montaña que de día combinan deporte, ocio, gastronomía y a partir de las 5 de la tarde un après-ski muy singular. Y algunas como Espot lo hacen con iniciativas innovadoras.

En los últimos años las estaciones de esquí del Pallars Sobirà, Pirineo de Lleida, han hecho una apuesta por su integración comercial en la marca SkiPallars. Espot, Port Ainé, Tavascan y Virós-VallFerrera se proyectan como un destino global bajo este nombre. Sin embargo, cada estación conserva su identidad.

Que cada estación conserve su personalidad tiene, también, su extensión en las actividades après-ski. En ese sentido un buen ejemplo sería el de Espot, que está haciendo una apuesta por promover actividades que, una vez cierran los remontes, se ofrecen a quienes buscan experiencias diferentes.

El entorno de Espot, en el límite del Parque Nacional de Aigüestortes y Llac de San Maurici, ya es de por sí un aliciente para visitarla, pero es gracias a esta situación que se añade una característica que la hace única, y es su cielo nocturno.


A punto de subir con pisanieves hacia la cota 2.000 de Espot (Foto: E. Soro).

El cielo de la estación de esquí de Espot fue declarado por la UNESCO, en octubre de 2018, como destino Turístico Reserva Starlight. Lo es por su mínima contaminación lumínica. Si a todo esto todavía le sumamos la gastronomía local, el resultado es una actividad après-ski única. Particular. Genuina.

Para ofrecerlo como una actividad singular, la estación ha incorporado este año una máquina pisanieves con cabina de pasajeros para 15 personas. Previa reserva, un guía acompaña a los interesados ​​en la observación del cielo Star Light hasta una mesa astronómica ubicada a 2.000 metros, cerca del restaurante-cafetería.

El único condicionante para que la experiencia acabe resultando 100% estelar es que la noche sea serena y permita observar las estrellas con un telescópio. La experiencia finaliza con una cena gastronómica 100% pallaresa.

 

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