5 razones para perderse en el valle del Madriu-Perafita-Claror

5 razones para perderse en el valle del Madriu-Perafita-Claror

5 razones para perderse en el valle del Madriu-Perafita-Claror

Mié, 01/05/2013 - 12:03
El Madriu-Perafita-Claror es un valle glaciar con forma de “u” ubicado en el sud-este del Principado de Andorra la Vella. En 2004 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la humanidad. Descubre 5 razones para visitarlo...
Aproximadamente un 10% de Andorra forma parte de uno de los valles más insólitos de los Pirineos y además es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su valor paisajístico. Esta gran extensión de territorio, de origen glacial y 1850 m de desnivel, es el Valle del Madriu- Perafita- Claror, conformado por los valles que siguen las cuencas de los tres ríos que llevan el mismo nombre.
 
 
Este año se celebra una década desde que se logró esta consideración. Te explicamos, en 5 puntos, los motivos que hacen únicos estos parajes y que te llevarán a conectar con la naturaleza de una forma totalmente original. 
 
Mapa de Andorra con la zona del Valle Madriu-Perafita-Claror señalado en rojo. Pulsar para ampliar
 
 
1. Conectar con la naturaleza más pura
 
Debido a la imposibilidad de acceder a él en coche y a la ausencia de carreteras o pistas, esta joya de la
naturaleza es aún un lugar por descubrir, perderse y meditar en su pleno silencio. De hecho, no hay
nada igual en todo el Pirineo y su excepcionalidad recae en la total preservación de, nada más ni menos, que 4200 hectáreas. Se trata de un ecosistema único que ha convivido con el hombre desde al menos el año 5500 a.C. Se puede acceder a él andando, desde la carretera de La Plana, en Escaldes-Engordany. Llegar al punto donde confluyen los dos ríos: el Madriu y sus afluentes: el Perafita y el Claror, es una excursión asequible de no más de 1 hora y media. A este lugar se le llama Entredosaigües y desde él se puede acceder a su valle mayor, el del Madriu.
 
 
 
2. Visitar un museo al aire libre
 
Su rica naturaleza, junto al impacto histórico de la actividad humana, forma una unidad coherente que
ha sido reconocida por la UNESCO en calidad de paisaje cultural. Este legado se observa a lo largo de todo el valle, como si fuera un museo vivo de la historia de la humanidad en Andorra: en sus caminos empedrados se intuye cómo se transportaba la madera del bosque hace seis siglos. En sus conjuntos de establos y bordas construidas de piedra seca, como la de Ramio, se observa la importancia de la
actividad agrícola y ganadera del pasado, ésta última actualmente activa, sobretodo en equinos y vacunos. Destacan también las ruinas de la Farga, que denotan el paso de la industria siderúrgica del siglo XVIII. Así, donde hoy hay excursionistas, un día hubo pastores, farguistas, contrabandistas, refugiados o viajeros, que sacaron el máximo provecho de los recursos del lugar.
 
 
3. Dormir a 1900 m de altura
 
Aunque por cuestiones de seguridad no está permitido acampar en el valle sin permiso del gobierno, existen en el Valle del Madriu-Perafita-Claror cinco refugios no guardados para los que quieran tener una experiencia más intensa en la montaña, y hacer rutas de senderismo o ascensiones por la zona. Éstos son el de la Illa, Riu dels Orris, Perafita, Claror y Fontverd. Todos ellos mantenidos semanalmente por el gobierno de Andorra, por lo que se encuentran en muy buen estado. Uno de los más acogedores es el Fontverd, situado al lado de una fuente que lleva el mismo nombre y también de dos antiguas cabañas de pastores.
 
 
4. Observar animales de distintas especies
 
El Valle del Madriu- Perafita- Claror es un lugar rico en biodiversidad debido a un largo desnivel de casi 2000 metros con distintos estadios de fauna y flora. Paseando por él se pueden ver muflones, rebecos o marmotas, pero también se pueden contemplar los rastros de muchas especies, como los huecos en los árboles que hacen los picamaderos negros, y que luego se convierten en los nidos de búhos o ardillas. La tranquilidad que proporciona el Valle y su entorno protegido es el lugar ideal para todas aquellas especies que están en peligro de extinción en otros paisajes amenazados. En este sentido, destaca la presencia del quebrantahuesos, el gallo salvaje, la perdiz blanca y una de las mayores aves depredadoras, el águila dorada. Además, los animales de pastura como los caballos o las vacas, que contribuyen a la conservación del entorno, dan el toque final a una preciosa imagen de postal.
 
 
 
5. Practicar la escalada y coronar cimas
 
Para los más atrevidos, el Valle es un lugar adecuado para la escalada, las vías ferratas y la ascensión de picos. En este sentido, destaca el Boulder de Coll Jovell y las agujas de Engolasters, aunque hay hasta cinco opciones más, como la vía ferrata, destaca la de Roc d’Esquers, con un desnivel de 250 metros y una duración de casi dos horas. El descenso a pie se puede hacer en una hora. La singularidad de la vía es la presencia de un puente tibetano, que se debe cruzar poniendo los pies sobre una cadena de hierro.
 
 
Si lo que se quiere es divisar el paisaje desde lo más alto, la mejor opción es ascender algún pico. El Pic de la Portella (2.905 m) es una ascensión fácil, de dos horas de duración. Por otro lado, el Pic de
Monturull (2.761 m) es ideal para pasar la noche en el refugio de Claror. Para llegar a él, se gira a la derecha en Entremesaigües, dirección al Estany Nou. Allí, se siguen las marcas del GRP hasta el refugio Claror.
 

                                                                                                                         

 

Guías para realizar actividades al aire libre en el valle del Madriu- Perafita- Claror:

 

Más información en: VisitAndorra.com

 

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