Gastronomía gourmet a 2.500m en Grandvalira

Gastronomía gourmet a 2.500m en Grandvalira

Gastronomía gourmet a 2.500m. Foto Diana Martin Garmisans

Mié, 28/02/2018 - 12:08
Cada vez más, los centros invernales buscan sorprender a sus usuarios habituales a la vez que captar nuevo público, que no tiene porqué ser de un perfil de turismo activo.
Andorra en general y Grandvalira en particular, ha optado por organizar eventos deportivos de carácter mundial a la vez que potenciar la gastronomía de altura que le haga ganar puntos frente a otras destinaciones de nieve.
 
CREADORES DE EXPERIENCIAS DE ALTURA
 
Durante años, se ha optado por la comida rápida en pistas, por los “self-service”, por amplias cartas de bocadillos, pero hay otro tipo de visitante que busca y exige calidad, sabedor que aquello que ingiere es la gasolina de su motor, al que ha de cuidar bien si quiere disfrutar de la montaña.
 
 
 
El reformado Coll Blanc en la confluencia entre los sectores de Pas de la Casa y Grau Roig o los 2 domos calientes del Hotel Iglú (hotel donde también se puede cenar o cenar y dormir en la efímera construcción, este año decorada con reproducciones de cuadros del museo Thyssen Andorra), son 2 puntos estratégicos de Grandvalira para tomar un tentempié o hacer un buen desayuno a primera hora de la mañana con los esquís puestos con vistas espectaculares, degustando bocadillos o croissants acabados de hacer.
 
 
El Vodka Bar, justo al lado del remonte que da acceso a la zona de Montmalús, ofrece carta diurna y menú nocturno acompañados de postres creados en exclusiva por el maestro pastelero catalán Escribà.
 
Comidas con vistas al primer estany de Pessons, lago ahora helado, o cenas bajo las estrellas de la mano del chef del restaurante que lleva el nombre la zona y que comanda D.Escribà.
 
 
 
Tex Mex en la confluencia entre las telesillas que separan los sectores de Encamp y Soldeu para los que no tienen tiempo ni de sacarse los esquís.
 
OSTRAS, CHULETONES ECOLÓGICOS Y CAVA CRIADO A 2.200M
 
La “joya de la corona” de Grandvalira, se encuentra a 2.500m:
 
4 socios han unido ideas, conocimientos y savoir fere para dar un servicio gourmet a aquel esquiador o visitante que quiere degustar productos exquisitos rodeado de paisajes nevados en restaurantes panorámicos y acogedores.
 
El Racó de Solanelles, a la llegada del Funicamp y, por tanto, accesible con y sin esquís, es el restaurante con mejores vistas de todo el área esquiable más grande del sur de Europa, a la vez que con la oferta más selecta en su carta.
 
 
 
Cava Rimarts, Ostras Thierry, Carpier ahumados y Escribà, han unido creatividad y los mejores productos para no dejar indiferente a ninguno de sus visitantes.
 
Cava Rimarts, sorprende con una carta de cavas de diferentes añadas, sabores y colores, pero si alguna cosa guarda con mimo es la primera añada de cava que se habrá criado bajo las aguas heladas de los Pirineos: esta primavera abrirán el cofre que submergieron en septiembre de 2017 con 200 botellas de diferentes tipos de cava y se podrá degustar, sólo para el mercado andorrano, las botellas envejecidas a 2.300m de altitud.
 
 
 
 
Ostras Thierry, trae hasta Andorra el aroma del Atlántico con diferentes tipos de crustáceo de Normandía para delectar a los paladares más exigentes.
 
Con limón, con vinagre esferificado o al natural (como aconseja su fundador), es una de las opciones que ofrece el Racó de Solanelles mientras se disfruta de las vistas hacia los picos de Cubil, el Alt del Griu y el pic de l’Aspra.
 
 
Degustar tacos de salmón semisalvaje de 15kg traído de Noruega al natural, o marinado con algas nori, con remolacha o al gin tónic es un placer gastronómico que ofrece el restaurante más alto del sector de Encamp Grandvalira.
 
Para los carnívoros, chuletón ecológico a 2.500m al punto.
 
 
 
 
Pero si algo sorprendre a los más entendidos gourmets son los postres Escribà y su creatividad a la vez que combinación de sabores, nunca empalagosos.
 
La colección creada en exclusiva para los sectores de Pas Grau y Encamp por la familia Escribà van desde la mezcla de coco y frutos rojos del “Iglú”, al tiramisú suave con apariencia de prado primaveral de montaña, pasando por el “Alud” o el “Pista negra” entre otros.
 
 
 
Combinaciones de chocolates, nata e imaginación, hacen de la pastelería de la restauración Snow Food una delicia para la vista y para el gusto totalmente recomendable.
 
Todo ello, bajo la supervisión y asesoramiento de Fundació Alícia.
 
 
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