Plantillas, ¡las grandes olvidadas!

Plantillas, ¡las grandes olvidadas!

La importancia de las plantillas de las botas en nuestro equipo de esquí

Lun, 09/10/2017 - 08:20
Son las grandes olvidadas del equipo de esquí. Mucho se habla de los botines o las botas termo-deformables, pero más importantes son las plantillas, ya que cada persona tiene una forma de pie distinta y necesita de una plantilla personalizada
Cada día el gran público va reconociendo poco a poco su importancia. En general las botas han sido históricamente unas grandes olvidadas. Siempre han tenido más visualización los esquís y las fijaciones. Pero actualmente según opinión de muchos expertos, la relevancia que se da a las botas es de un 50%, a las fijaciones un 30% y a los esquís les dejan el restante 20%.
 
Quizás sea discutible esta distribución, pero es bien cierto que su importancia es más alta de la que le damos. De la misma forma que una parte muy importante de un vehículo son los neumáticos, ya que son el elemento que nos mantiene sobre la carretera, las botas son las encargadas de transmitir nuestros movimientos a los esquís a través de las fijaciones. Sin un ajuste perfecto del pie a la bota, parte de nuestras energías no llegaran a producir ningún efecto sobre los esquís, de ahí su importancia.
 
 
 
Hoy en día los fabricantes de botas han desarrollado multitud de tecnologías respecto a ellas, equiparables a la tecnología de nuestros esquís. En el ajuste de la bota contamos con botines que se pueden termo-deformar e incluso muchas carcasas que también permiten la termo-deformación. Y por último encontramos las plantillas que se modelan con el calor. 
 
Cada persona tiene una propia morfología de pie. Del pie cavo al pie plano existe una infinita diferencia, este posee diferentes partes que pueden ser presentadas en volumen, tallas o posiciones diferentes según la persona. Todas estas características se combinan, y dan una infinita cantidad de formas y volúmenes. Por ello es importante que adaptemos la planta de nuestro pie a nuestra bota y quien se encarga de ello es la plantilla. Como no hay dos pies iguales las plantillas deberían ser distintas. En cuanto a plantillas las podríamos clasificar en:
 
Plantillas a medida
 
Existen botas como las “Strolz” (botas austriacas hechas completamente a medida) cuyo primer paso de construcción son unas plantillas totalmente personalizadas. Pero en la mayoría de botas que adquirimos podemos cambiar las plantillas “de fábrica” por unas plantillas ajustables. Las más comunes y conocidas son las plantillas que se adaptan a nuestro pie mediante calor. Se trata de un proceso que requiere tiempo (20 minutos aprox.) y seleccionar correctamente el establecimiento donde se nos realizarán, ya que del buen hacer del skiman dependerá que las plantillas se adapten correctamente a nuestra planta del pie. 
 
Nada mejor que un video para ver el proceso de adaptación: 
 
 
El proceso de inicia colocando nuestro pie sobre una base para dejar impresa la planta, posteriormente se coloca una plantilla previamente calentada sobre la horma y una vez enfriada, la plantilla se endurece y ya está lista para su uso. También han aparecido plantillas que en lugar de termo-formarse se esculpen de forma robotizada, se escanea el pie y se realiza una plantilla que se adapte al mismo este sistema es utilizado generalmente por podólogos. 
 
La ventaja de estas plantillas es que están hechas con nuestra horma y por lo tanto nuestra planta del pie se adapta perfectamente y el único hándicap es el precio, ya que en función del importe abonado por nuestras botas merecerá la pena o no su adquisición (en términos económicos).
 
Plantillas estándar 
 
Se trata de la versión económica de las plantillas anteriores, son plantillas ya fabricadas y sin proceso de adaptación por calor, pero en ocasiones pueden ser mejores que las plantillas que lleven nuestras botas. Para seleccionar las plantillas correctas -aparte del número de calzado- en el mercado existen plantillas para pies planos, puentes del pie normales y puentes pronunciados o cavos.
 
Una vez adquiridas dichas plantillas deberíamos retirar la plantilla original que nos servirá para recortar, si es el caso, la plantilla adquirida y de esta forma podemos adaptarla a nuestra bota, una vez recortada y colocada, podemos optar por calentar ligeramente la bota y colocárnosla, o esquiar durante un día para que la plantilla se acabe de adaptar a nuestro pie.
 
 
Como desventaja con las anteriores es que no son exactas y el ajuste puede no ser tan preciso, pero su gran virtud es el precio, y que en muchas ocasiones serán mejores que las originales. Se trata de una solución adecuada cuando adquirimos una bota de calidad media o cuando queremos alargar la vida de nuestras botas y las plantillas ya están muy desgastadas. 
 
Mi opinión
 
Se trata de un elemento necesario, y es muy aconsejable cuando adquirimos nuestras botas poder conseguir unas plantillas a nuestra medida. Si tenemos prisa, mejor quedar con el skiman para un día concreto donde podamos perder un buen rato, ya que es un proceso laborioso y al que no le gustan las urgencias
 
Por otro lado, las plantillas estándar también son una buena solución tanto para botas de nivel bajo-medio como para sustituir unas plantillas desgastadas. Personalmente adquirí unas y las coloqué en unas botas donde la plantilla había perdido sus propiedades e incluso el primer gancho de la bota casi no ejercía presión, una vez colocadas las sensaciones casi “fueron de estrenar botas”, fue una grata sorpresa.
 
 
En caso de “pies complejos” mejor dirigirnos a un podólogo y que este nos realice unas plantillas esculpidas mediante el escaneo de nuestro pie, ya que estaremos ante un profesional que conoce desde el punto de vista médico los posibles problemas que suframos.
 
Como siempre este artículo pretende ser sólo una aproximación, dejando en manos de los profesionales, skiman o podólogo los consejos con los que os debéis guiar.
 
 
 
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