Se trata de una excursión para iniciados en el esquí de travesía, sin embargo, la opción de bajar por el mismo itinerario de la primera subida (la del propio Pico de Pedrons) es ideal para debutantes

 

2.300 m. CRESTA DE LOS PEDRONS. Aproximadamente en esta cota llegaremos al lomo de la amplia cresta, que, de norte a sur, sube al pico de Pedrons. Seguir en dirección Sur, rodeando si hace falta y por la derecha algún promontorio del relieve. Hacia los 2.450 metros de altitud, el lomo de la montaña se aplana considerablemente. Más arriba vuelve a empinarse y la última cuesta es la más inclinada y obligada de la subida. Sin ser especialmente dificultosa, es ideal para que los debutantes practiquen sus primeras conversiones (vueltas maría).

 

2.670 m. PUNTA INFERIOR DE PEDRONS. Desde aquí bajamos ligeramente a un confortable collado donde nos podemos descalzar los esquís y por una pequeña y rocosa cresta, un tanto aérea en sus últimos metros, alcanzaremos el pico culminante. Es opcional, pero vale la pena (para los que no lo tengan claro, la otra opción es quedarse descansando en el collado)

 

2.715 m. PICO DE PEDRONS. Ambiente de lo más alpino con buenas vistas del alto valle del Ariege y de los valles y picos que lo circundan. Retornamos al collado donde hemos dejado los esquís.

 

2.655 m. COLLADO DE LA CRESTA DE PEDRONS. Para los debutantes, se recomienda sin ningún género de dudas, bajar por allí donde hemos subido. La primera pala en cresta, es un poco obligada e inclinada, pero casi siempre goza de buena nieve. Superado este primer tramo, seguimos bajando por el suave lomo de la montaña orientados a N y cuando nos parezca bien encararemos las amplísimas pendientes NO y O dirigidos al Pas de la Casa.

Los expertos iniciaremos el descenso flanqueando al norte un pequeño tramo de la vertiente este y nos situaremos sobre unas inclinadas palas orientadas al Noreste que bajan directamente al valle de Baladrar. La pendiente es considerable y trepidante, especialmente el tramo medio que se divide en 2 corredores a elegir muy empinados, donde deberemos extremar las precauciones. Superados éstos, las palas se abren y la bajada se suaviza.