Athabasca, un glaciar para concienciar turistas

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Jue, 23/07/2020 - 12:54

Recuerdos emotivos después del accidente de un bus 4x4.

Haciendo el turista en Athabasca (Foto: IST).

El pasado sábado hubo un accidente en el glaciar de Athabasca, en el Parque Nacional de Jasper, en Canadá. Este glaciar, de las Montañas Rocosas de norte-américa, forma parte del campo de hielo de Columbia. Este es uno de los campos de hielo más grandes que hay por debajo del círculo polar ártico y de toda América del Norte. Es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.

El brazo de hielo de Athabasca forma parte del campo de hielo de Columbia y se encuentra muy cerca de una magnífica carretera. Ello contribuye a hacerlo fácilmente visitable y en consecuencia muy concurrido. De hecho, la visita a Athabasca es uno de los grandes atractivos turísticos que ofrece el Canadá y por ese motivo hay toda una infraestructura dedicada a este fin en el pie del glaciar.

Haciendo el turista en Athabasca (Foto: IST).

Glaciar para concienciar al turismo de los efectos del cambio climático

En el acceso principal, pegado a la carretera de los glaciares, se encuentra un punto de información, centro audiovisual y una especie de museo que nos permite conocer y saber más sobre los glaciares. Todo ello sirve para entretener a los visitantes mientras te llega el turno para poder subir en un autobús que te traslada hasta el pie del glaciar, donde habrá que hacer un segundo transbordo. Este transbordo sirve para conectar el bus convencional con el "Megabus" 4x4. Este último es el que nos subirá hasta el glaciar. Se trata del tipo de bus que se accidentó el pasado sábado.

Haciendo el turista en Athabasca (Foto: IST).

Como todos los glaciares del mundo, Athabasca también está en retroceso acelerado. Según algunos estudios, pierde unos 5 metros de espesor cada año y es un dato que impacta a cualquier turista que la visite. Otros estudios lo rebajan a 2 metros. Una de las cosas que como turista más me impactó de la visita fue, precisamente, la turistización de toda la visita en su conjunto. Y no lo digo en sentido negativo. Todo está perfectamente organizado y sincronizado para recibir a cientos, o quizás miles, de turistas que cada día la pisan entre los meses de mayo y septiembre.

Cuando el sábado se produjo el accidente, me vinieron a la cabeza los recuerdos de nuestra estancia, realizada a finales de junio de 2019. De la visita al glaciar me sorprendieron, sobre todo, tres cuestiones.

La primera, la conversión en reclamo-turístico de un glaciar que, una vez estás allí te das cuenta que no es muy bonito de ver. Es un glaciar más bien llano y el hielo tiene un color grisáceo. No tiene la imagen bucólica que uno se espera. Pero su visita es un éxito y se acerca gente de todo el mundo. Chinos, mexicanos, franceses, ingleses, españoles.

La segunda, me gustó el mensaje de concienciación sobre los efectos del cambio climático en los glaciares. Todo está bien pensado y llevado a cabo sobre el terreno. El resultado es satisfactorio, así que la visita merece la pena, a pesar de que en algún momento te puedas identificar a ti mismo como un turista japonés haciendo fotos a la Sagrada Familia.

Y tercera: recuerdo precisamente la amabilidad de los jóvenes conductores de los buses y su facilidad para contar historias a los pasajeros que nos subíamos al bus y la ligereza con la que los conducían. Ligereza para los buses 4x4 que se usan para circular sobre la tierra y hielo y ligereza para maniobrar con los buses convencionales sobre la pista de tierra y barro que conecta el centro de información con el pie del glaciar. Recuerdo especialmente el maniobrado con el que circulaban entre la morrena de piedras con agua y barro y la gran masa de hielo. Y recuerdo perfectamente la fuerte pendiente de la carretera y el tráfico constante de los buses arriba y abajo.
 

En definitiva, un año después, la noticia del accidente me ha hecho recordar y reflexionar cómo los glaciares de Canadá, en regresión como todos los del mundo, siguen siendo un reclamo para ser visitados o esquiados (Horstman - Whistler-Blackcomb) .

Que descansen en paz las tres víctimas del accidente. Nos podía haber pasado a nosotros.

Haciendo el turista en Athabasca (Foto: IST).
 

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Blog creado por Ivan Sanz Tusell

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