Corea del Norte abre sus estaciones de esquí al turismo ruso por primera vez desde la Covid

Corea del Norte abre sus estaciones de esquí al turismo ruso por primera vez desde la Covid

Si bien las pistas de esquí de Masikryong son públicas, están vacías de población local.

Mié, 03/04/2024 - 07:43
Desde principios de 2024, alrededor de 200 rusos han accedido al complejo de Masikryong, a unos 12 kilómetros de Wonsan, como parte de la campaña ideada por Kim Jong-un para atraer a un millón de extranjeros.
La insólita combinación de esquí y turismo en Corea del Norte ha emergido como una opción para un exclusivo grupo de ciudadanos rusos de alto poder adquisitivo, gracias a la creciente relación entre Moscú y Pyongyang.
 
Desde principios de 2024, alrededor de 200 rusos han tenido la oportunidad de disfrutar de la estación de esquí de Masikryong, ubicada a unos 12 kilómetros de la ciudad de Wonsan, en la costa oriental del hermético país.
 
Foto: Wikipedia.
 
Este complejo, construido en un tiempo récord de 10 meses y con un costo aproximado de 24 millones de euros, ofrece a los visitantes pistas de esquí impecables, habitaciones de hotel lujosas, una piscina, sauna y área de masajes, entre otras comodidades.
 
Inaugurado en 2014 como parte de una iniciativa liderada por Kim Jong-un para atraer turistas extranjeros al país, Masikryong representa un intento del régimen norcoreano por abrir sus puertas al mundo, una iniciativa que tomó impulso tras el cierre de fronteras durante la pandemia de coronavirus.
 
El acceso a esta experiencia única no es barato, con un costo de alrededor de 700 euros por persona. Este precio incluye el vuelo de ida y vuelta desde Vladivostok a Pyongyang, así como el transporte nacional hacia la estación de esquí, alojamiento en hotel y comidas.
 
Sin embargo, los gastos adicionales como el forfait diario, cigarrillos y alcohol deben pagarse en efectivo.
 
Los turistas rusos son recibidos con una intensa dosis de propaganda norcoreana, desde reverencias al líder supremo hasta actuaciones musicales patrióticas.
 
Foto: Wikipedia.
 
A pesar de la aparente comodidad de las instalaciones y las pistas de esquí prácticamente vacías, los visitantes no pueden escapar completamente del control gubernamental, con restricciones sobre la filmación de personas comunes y la necesidad de permanecer bajo la vigilancia de los "cuidadores" locales.
 
Aunque algunos turistas quedan impresionados por la experiencia y la oportunidad de vislumbrar la vida en el hermético país, otros se sienten perturbados por lo que perciben como desesperanza y control constante en el país.
 
Para muchos, el viaje ofrece una perspectiva única, pero al mismo tiempo desafiante, de la realidad bajo el régimen de Kim Jong-un.
 
Este inusual flujo de turismo ruso hacia Corea del Norte no es coincidencia, sino un reflejo de las estrechas relaciones entre Moscú y Pyongyang, impulsadas en parte por el comercio de armas entre ambos países. A medida que la cooperación entre Rusia y Corea del Norte se intensifica, el turismo se convierte en otra forma de fortalecer los lazos entre ambos estados.
 
Aunque los visitantes rusos pueden encontrar una escapada única en las nevadas montañas de Corea del Norte, sus relatos también destacan la realidad de un país sumido en la desesperanza y el control, ofreciendo una visión poco común pero valiosa para aquellos interesados en comprender más sobre la vida en el país ermitaño.
 
 
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