Los motivos ya fueron explicados, pero los enumeraremos de nuevo. En primer lugar, el aumento natural de la temperatura y el aumento antropogénico. El calentamiento de los océanos al absorber el CO2. A esto debemos añadir un aumento del vapor de agua en la estratosfera debido a la explosión del volcán Tonga-Tonga. Todos estos factores, potenciados por la elevada presencia de vapor de agua en la estratosfera, están haciendo que tengamos inviernos poco fríos. Esta situación podría prolongarse aún durante 4 años más.

 

 

 

 

 

Visto este índice, la situación varía mucho respecto a lo que hemos tenido a lo largo de todo el invierno. Las borrascas de Islandia apuntan hacia nosotros en un cambio de patrón. ¿Cómo podemos reafirmar esta tendencia? Vamos a ver qué nos dicen los modelos estacionales del modelo americano NOAA y del modelo europeo ECMWF.

 

En el modelo americano NOAA, las temperaturas indican que deben estar ligeramente por encima de la media, lo que sería normal. Por lo tanto, sin ser cálido, sí sería de temperaturas menos frías.

 

Si vamos a ver ahora las anomalías de precipitaciones, tenemos buenas noticias. Según el modelo, indica que el mes de marzo sería más lluvioso y nevoso, aunque en cotas algo más altas. Sin embargo, teniendo en cuenta de dónde venimos, deberíamos estar contentos por tener de nuevo nevadas en este mes de marzo.

 

Pero antes de cantar victoria, veamos si el modelo centro europeo va por los mismos caminos. Según el modelo ECMWF, para el mes de marzo, las temperaturas también deberían ser más altas de lo normal, pero no excesivamente.

 

 

Las precipitaciones también deberían estar por encima de la mediana, lo que ratifica que, sobre el papel o en el soporte digital, deberíamos tener más lluvias y más nevadas, aunque en cotas algo más altas.

 

 

Con esto podríamos decir que la Semana Santa está prácticamente asegurada y con mucha más nieve que la que tuvimos la pasada Navidad en la mayoría de estaciones.

 

 

El sábado, se espera que el frente barra el Cantábrico con nevadas moderadas que descenderán de los 1.500 a los 700 metros.

 

 

Esta situación se extenderá a lo largo del sábado por el Sistema Central y por el Sistema Ibérico, con unas cotas de nieve similares y también nevadas moderadas. A partir de la tarde llegarán al sur de la Ibérica y a Sierra Nevada en esta región, con una cota de nieve algo más elevada, alrededor de los 1.500 a 1.700 metros.

 

 

En el Pirineo irán llegando las precipitaciones, siendo más intensas en el Pirineo occidental y más débiles en el oriental. A partir de la noche se han de generalizar con igual intensidad y una cota de nieve bajando a los 1.000 a 900 metros. En todas las regiones, el viento del oeste girará al noroeste, siendo de moderado a fuerte.
 

 

 

El domingo, el frente terminará de pasar dejando nevadas abundantes en la cara norte del Pirineo hasta la última hora de la tarde en el Pirineo central, con la cota de nieve situada entre los 1.000 y 700 metros en la cara norte.

 

Esta borrasca aún dará de sí durante el domingo también en el Cantábrico, aunque cada vez más débiles a medida que avance el día. Las cotas subirán hacia los 1.100 metros.

 

En el Sistema Central y la Ibérica, no se descartan algunos chubascos de nieve sobre los 1.000 metros, pero serán aislados, al igual que en Sierra Nevada, con una cota de nieve de 1.000 a 1.200 metros.

 

 

 

Durante el domingo, las temperaturas han de bajar a lo largo del día y en parte el aire frío también ha de venir acompañado de viento del norte al noroeste, con cierzo en el valle del Ebro.

 

 

 

Como resumen, podríamos decir que estos próximos días van a ser, de momento, los mejores de la temporada, a la espera de que el mes de marzo nos dé lo que nos ha quitado el resto del invierno.