Viviendo de imprevisto el último día de la temporada de esquí en Francia

head.com

Dom, 15/03/2020 - 10:34

Este sábado estuve en Portè Puymorens, en los Pirineos orientales de Francia, para comprobar cuál había sido la repercusión del cierre de las estaciones de esquí andorranas y catalanas. Sin saberlo, asistí al último día de la temporada en Francia.

A las 9 de la noche de ayer sábado el gobierno francés decretó el cierre obligatorio de toda actividad económica que no sea imprescindible. Objetivo: frenar la expansión del coronavirus.


Imagen de este sábado en Portè Puymorens (Foto: IST).

El viernes 13 de marzo las estaciones de esquí catalanas, andorranas y aragonesas (entre otras) cerraron puertas. Son medidas muy drásticas destinadas a frenar la expansión del coronavirus. Estaciones como La Molina y Masella, en la Baja Cerdanya, están cerradas a pesar de tener nieve y encontrarse en plena temporada. A pocos kilómetros, en la Alta Cerdanya (Francia), estaciones como Porté Puymorens operan todo el sábado con normalidad. Allí me desplacé para ver la situación real en pistas y preparar un artículo para un periódico. ¿Habrían ido muchos catalanes del sur esquivando la prohibición?

El resultado ha sido un sábado con ambiente algo raro en las estaciones del Pirineo francés, con unas estaciones todavía abiertas mientras a muy pocos kilómetros al sur, en línea recta, las vecinas del otro lado de la frontera ya están cerradas. Son medidas que se adoptaron el viernes, 13 de marzo, por parte de las autoridades respectivas territoriales y las cuáles tienen por objetivo final el hecho de frenar la expansión del coronavirus (Covid-19).

Las medidas han repercutido en la Baja Cerdanya con unos efectos evidentes en estaciones como La Molina y Masella, que están cerradas y por tanto no pueden recibir ningún cliente. Lo mismo ocurre en las andorranas como Grandvalira o Pal-Arinsal. Los efectos también son evidentes en otros campos como la restauración y los alojamientos, por supuesto...


Imagen de este sábado en Portè Puymorens (Foto: IST).

En cambio, en lado francés de la Cerdanya, estaciones de esquí como Cambre d’Aze, Portè Puymorens y Font Romeu, están sujetas a las autoridades francesas las cuales no habían visto necesario, has ese momento y por el momento, aplicar medidas de cierre de las estaciones de esquí para frenar el coronavirus. A la vista están las contradicciones de la Unión Europea.

Son estaciones en las cuáles este sábado han abierto con normalidad y han podido recibir clientes de todos lados. Al mismo tiempo muchas segundas residencias de la Cerdanya han sido ocupadas por sus propietarios que han ignorado las recomendaciones de confinamiento en sus viviendas de primera ocupación. Así pues el contexto y los rumores en las redes sociales invitaban a pensar con una alta afluencia de esquiadores catalanes del sur en las estaciones de los Pirineos orientales de Francia.

La estación elegida para la visita y redacción del artículo es Porté Puymorens, una de las más cercanas a Puigcerdà y también de la vecina Andorra, donde las estaciones también están cerradas. Y eso es lo que me he encontrado (ver este vídeo).

Vídeo de mi experiencia:

Mi visita a Porté Puymorens en el último día de la temporada

Mi llegada a Porté Puymorens fue el sábado por la mañana. Eran las 10 de la mañana. Trayecto en vehículo particular y llegada con total normalidad desde Puigcerdà. Ningún control policial en la frontera. Tráfico normal en la carretera de Bourg-Madame al puerto del Puymorens. Eso sí: algunos camiones procedentes del peaje del túnel y algún vehículo con portaesquís circulando por la carretera son las únicas observaciones que llaman la atención. ¡Ya pocos llevamos portaesquís, de ahí mi observación!

En Porté aparqué mi coche al pie del telesilla Estagnol, aparcamiento de gran capacidad que ya a esa hora presentaba una baja ocupación. Sorprende tan poca afluencia. Menos de 30 vehículos que apenas ocupaban ⅕ parte de la capacidad total del área destinada a estacionamientos.

Una vez en pistas repaso todas las zonas y en cada uno de los sectores observo una baja densidad de esquiadores en pistas. Prácticamente todo el mundo habla francés. En los accesos a los telesillas únicamente escucho una familia castellanohablante y otros dos jóvenes hablando en catalán.


Imagen de este sábado en el parking de La Vignole de Portè Puymorens (Foto: IST).

En el aparcamiento de la Vignole, donde el número de vehículos estacionados apenas ocupa 1/5 parte del espacio disponible, baja ocupación. En total, y como se puede comprobar en una de las fotografías capturadas, a las 11 de la mañana hay estacionados, aproximadamente, unos 150 vehículos. Mi cálculo, pues, es que a una media de 2,5 ocupantes por vehículo el número total de visitantes puede haber sido de aproximadamente 400. Son datos orientativos y que en ningún caso pretenden ni quieren ser "científicos".

En cuanto a la procedencia de los clientes, y de acuerdo con las matrículas de los coches aparcados, llego a la conclusión de que los clientes sur-catalanes no llegan al 10% del total. Nada de llegada masiva. Los temores de gran afluencia difundidos por algunas redes sociales, con adjetivos despectivos incluidos, son infundados y falsos.

Tampoco los franceses se han echado a esquiar con gran afluencia este sábado en una estación con un comunicado de nieve óptimo. El parte de nieve era de 90% de los remontes abiertos, nieve primavera y nieve justa pero suficiente en los trazados. A las 13.30 me descalzo esquís y botas. Llega el momento de la vuelta a Puigcerdà. Por la radio escucho notícias monotema: coronavirus y covid-19.


Imagen de este sábado en Portè Puymorens (Foto: IST).

Por la tarde me dedico a preparar el vídeo realizado en pistas, preparar el artículo y a seguir con atención la actualidad. Twitter es mi red aliada para estas ocasiones. Siempre confinado en casa claro. A las 9 de la noche me llega la noticia: el Gobierno francés obliga al cierre de todas las actividades económicas no imprescindibles para el funcionamiento del país. De cumplimiento obligatorio a partir de las 12 de la noche. Estaciones de esquí incluidas.

Sin saberlo, sin pretenderlo, doy por hecho que he asistido al último día de la temporada de nieve en Francia. Triste. Se acabó la temporada precipitadamente. El porqué está claro: hay que frenar la expansión del coronavirus Covid-19. Pero me llega una inquietante reflexión a mi subconsciente de esquiador enfadado. La lucha y las medidas adoptadas nos permiten ir a la peluquería, ir a trabajar o hacer cola en un supermercado. Y por contra nos impide llegar a pistas en nuestro coche, hacer cola para comprar un forfait o subirnos, de dos en dos, a un telesilla de 6 plazas. Lo siento, no puedo evitar poner negro sobre blanco en la pantalla.

Así és la lucha contra el coronavirus y no seré yo quien diga lo que está bien y lo que no. Entiendo algo de nieve y nada de virología, así que en cualquier caso seguiré al pie de la letra lo que digan las autoridades y los profesionales.

En fin, no me alargo más. Deseo que, a pesar de todo, hayáis disfrutado y apurado de la temporada de nieve 2019-20. Hoy más que nunca tengo claro que hay que aprovechar cualquier día de la temporada y aprovecharlo hasta las cinco de la tarde. Está claro que nunca sabemos cómo ni cuándo va a terminar.

¡Desde Puigcerdà, saludos y a pesar de todo, mejor nos quedamos en casa!
 

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Blog creado por Ivan Sanz Tusell

Reflexiones y opiniones que se deslizan por tu cabeza en esos ratos de relax que te dan los trayectos en un telesilla cualquiera...

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