Los 10 'nubarrones' que amenazan el futuro del esquí y el snowboard

Los enemigos del esquí y el snowboard

El esquí no está de moda y además el grueso de los practicantes envejecemos (Foto: Ivan Sanz).

Mié, 19/09/2018 - 19:16
10 condicionantes que hacen del esquí y snowboarding actividades con el número de aficionados estancados o directamente a la baja.

El esquí no está de moda. Los esquiadores envejecemos. Y el omnipresente cambio climático en los medios de comunicación lo proyectan como un deporte en vías de extinción. ¿Qué le pasa al esquí?


Las noticias e imágenes sobre el cambio climático contribuyen a percibir el esquí como un deporte sin futuro. En la imagen el glaciar de Tignes en julio de 2017.

Según datos del Anuario de Estadísticas deportivas de 2017, publicado por el Ministerio de Educación, cultura y deporte, el 55% de la población española practica deporte. Y de estos, el 86% lo practicaron, por lo menos, un día a la semana.

Entre los 10 más practicados -ver mismo informe-, sin embargo, no figura el esquí. En términos semanales destacan la práctica de deportes como la gimnasia, 19%, la carrera a pie, 10%, ciclismo, 10%, natación, 8%, musculación y culturismo, 8% y el fútbol con un 7%. Y una curiosidad: aunque un 60% de los encuestados en el estudio afirmaron tener algún tipo de material deportivo en casa, como bicicletas, balones o raquetas, entre los 10 primeros en porcentaje tampoco figura el material de esquiar. Un claro reflejo de la realidad del esquí en este país.

Y finalmente, en lo que se refiere a instalaciones deportivas, en España se contabilizan un total de 176.201 espacios deportivos. La mayor parte de ellos, el 91%, son espacios deportivos convencionales (estadios, pistas, polideportivos, gimnasios, piscinas,...) , el 5,5% son espacios deportivos singulares (para juegos populares y tradicionales) y el 3% restante áreas de diferentes actividad. Entre ese 3% se encuentran -suponemos- las instalaciones como el Madrid SnowZone o incluso las estaciones de esquí.


Madrid Snowzone, la única instalación plenamente urbana destinada al esquí que existe en toda la península ibérica (Foto: LdN)

Así pués la realidad de los deportes de invierno y de nieve en concreto, es que continúan prácticamente estancados o incluso directamente rechazados. Un ejemplo de esto último caso sería la negativa del actual consistorio barcelonés a la propuesta de construir un centro de esquí indoor en la capital catalana. Todo ello hace pensar en que los deportes de nieve, y el esquí en concreto, tienen demasiados enemigos que impiden su crecimiento en aficionados y practicantes. ¿Por qué? ¿A qué se debe este posible menosprecio?

En España, según el estudio de Lauren Vanat -ver estudio de 2018- hay 2.369.000 practicantes del esquí o snowboard, lo que supone aproximadamente un 5% de la población. Se calcula que en Cataluña, comunidad que lidera el número de licencias federativas en deportes de invierno (11.980), apenas un 10% de la población catalana se considera esquiadora, cifra que todavía está muy lejos del 20% al que llegan las poblaciones de los países con tradición de nieve.

El esquí, como actividad de ocio, deportiva y social, vivió sus mejores años entre mediados de la década de los 70 del siglo pasado y la primera mitad de la década de los 2000.


Esquiadores en una cola en un teleesquí (Foto: Ivan Sanz)

¿Y cuáles fueron los motivos de esta época dorada? Por un lado, una coyuntura de largos períodos de crecimiento económico (exceptuando la crisis de 1992 a 1995) y, por otro, por la incorporación continua y sostenida de las generaciones del baby boom de los 60 y 70 a lo que hoy se conoce como la sociedad de consumo.

El máximo número de esquiadores se considera que llegó a finales de la década de los 90. Desde entonces, a pesar del crecimiento demográfico del país, que ha permitido pasar de los 37 millones de habitantes de 1981 a los 44 que se estimaron en 2015, la población esquiadora se mantiene en la misma cifra. Y la pregunta que muchos nos hacemos es: ¿porque la cifra de esquiadores se ha mantenido estancada o a la baja en una coyuntura de crecimiento demográfico? Intentamos desglosar en este artículo algunas de las razones que hacen que el esquí haya visto estancado su número de practicantes.

1 • Una agenda demasiado llena

Toda la sociedad, en general, tiene la agenda diaria muy cargada, incluido el fin de semana. Posiblemente esta "agenda estresante" sea una de las razones que más impide que crezca el número de esquiadores. Si tomamos una agenda particular de hoy, posiblemente digital, y la pudiéramos comparar con una de papel hace 20 años, ya sea en el ámbito familiar, social o la laboral, es seguro que esta última la veríamos menos marcada.

Estamos viviendo en una sociedad acelerada un ritmo frenético e intenso en actividad diaria. Además, las propuestas de actividades culturales o de ocio para el fin de semana en muchas poblaciones o ciudades de todo el país son cada vez más interesantes, hasta el punto, que nos pueden disuadir de subir a esquiar.

2 • La competencia feroz del ocio

No hace tantos años que el ocio, en invierno, quedaba reducido a unas pocas propuestas que nada tienen que ver con el amplio surtido de opciones que hay hoy en día. Pasar un día en la nieve, o un fin de semana, o incluso una semana blanca, era una opción casi única en los meses más rigurosos de los inviernos de hace 25 años.

Hoy día, en cambio, a nadie le sorprende que en pleno invierno cualquiera se dedique a pasar una mañana jugando con un deporte-juego electrónico, jugar al golf, montar a caballo o ir en bicicleta. O quizás pasar todo un fin de semana en un alojamiento rural. E incluso sustituir una Semana Blanca del mes de febrero por una semana de crucero turístico en pleno enero.


¿Cambiar una semana blanca por una semana de crucero? Si, está pasando (Foto: Costa Cruceros).

3 • Los "nuevos españoles" no llegan con tradición de esquí 

El aumento de población de los últimos 15 o 20 años no ha sido motivado por la demografía propia, sino por la llegada de gente con origen en cualquier rincón o ciudad de los 5 continentes, esto es extensible a culaquier país occidental. Los "recién llegados" no tiene cultura de deportes de invierno y es que, en sus países de origen, salvo excepciones, no hay tradición de esquí. Con suerte, serán sus hijos los que algún día se van a interesar por los deportes de nieve o hielo, siempre que su condición económica sea mejor que la de sus padres. De momento, la nieve para ellos es un producto exótico al que ir a hacer fotos para enviar a sus lejanos parientes y poco más.


La nieve es para muchos un espacio de ocio más que para deporte (Foto: Punto de nieve Santa Inés)

4 • El envejecimiento de la población esquiadora.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el esquí es el envejecimiento de la población esquiadora. Un estudio del experto suizo en mercados de nieve Laurent Vanat publicado en 2015 ya advertía que el grueso de los esquiadores lo forman las generaciones nacidas en los años 60 y 70. Este es, posiblemente, la amenaza que más deberían temer los agentes implicados en el sector y que, si no somos capaces de invertir, puede terminar poniendo el sector de los deportes de invierno en una situación de recogimiento definitivo.

La única solución a este problema sería generalizar las semanas blancas entre la población escolar, pero ya se ha visto que sobre esa cuestión cada comunidad va a la suya, y en algún caso incluso se quita y se pone en función del Gobierno político de turno..


Buena parte de los esquiadores son las generaciones nacidas en los años 60 y 70 (Foto: Ivan Sanz).

5 • La atracción y pasión por el fútbol.

¿Cuántos esquiadores no suben a pistas con la bufanda o gorrito de su equipo de fútbol? ¿O quizás con la camiseta de su equipo predilecto por encima la chaqueta?

El fútbol, ​​ya sea desde el punto de vista del espectáculo de masas o como deporte en sí mismo, tiene un poderoso efecto atracción sobre buena parte de la sociedad. Y en constante crecimiento. Un partido de fútbol entre dos equipos que ocupen plazas altas en la clasificación de una liga de prestigio tiene suficiente fuerza para disuadir a un buen número de aficionados de subir a esquiar. O quizás es una excusa para aficionados al esquí poco convencidos, pero lo cierto es que la publicidad que nos hacen llegar los grandes medios de comunicación nos recuerda, y sobre todo nos sabe vender muy bien, que ver un partido de fútbol en pantalla gigante, ya sea en un local de noche o en casa con unos amigos, es en sí mismo un acontecimiento único. Es más, nos lo venden incluso como una experiencia, aunque sea para compartir una pizza que hay que ir a comprar el sábado por la mañana.

El fútbol se ha convertido en una opción de ocio contemplativa y mediática con suficiente poder de convicción para sustituir por completo lo que habría sido una jornada de esquí de una familia o grupo de amigos en una estación de esquí. Eso sí, no sólo hay un buen trabajo mediático para hacer un espectáculo de masas, también lo son cifras objetivas y prueba de ello es que, en nuestro país, el fútbol arrasa en licencias federativas de practicantes. Mientras se estima que las licencias federativas de futbol están cercanas a las 900.000, hay otros 15 deportes que apenas llegan a las 300.000. Y ninguno de esos 15 deportes es el esquí.


Promocionando un partido de futbol en pantalla gigante con pizzas y entre amigos (Foto: Club Brezo Osuna).

6 • Familias “demasiado” deportivas.

Como explicamos más arriba, el 55% de la población practica deporte. Son datos por debajo de la media europea pero lo cierto es que quienes practican deporte lo hacen con convicción y regularidad. Cada vez es más común que en una misma familia todos sus miembros practiquen algún deporte: quizás el padre juega a pádel, la madre practica natación, la hija juega a baloncesto y el hijo pedalea una bicicleta de enduro. Hipotéticamente, claro. Pero si esta práctica en alguno de los 4 casos ficticios va ligada a la competición, posibilidad que no sería nada extraña, entonces es muy posible que algún miembro de la familia tenga hipotecado alguno de los dos días del fin de semana. Esa familia ya no subirá a esquiar los dos días del fin de semana. Con uno bastará.

7 • Ni el tiempo acompaña ni el esquí está de moda.

En los años 80 el esquí estaba de moda en casi todo el país. Esquiar era una actividad que, sin ser económica, había conseguido ser muy popular y estaba bien vista y valorada. Hoy, sin embargo, el esquí no sólo no está de moda, sino que en muchos ambientes se considera que es una actividad del todo incompatible con la preservación del medio ambiente.

"Subiremos a esquiar si hace buen tiempo". ¿Cuántas veces habéis escuchado esta frase condicional a amigos, familia o conocidos? La meteorología es, sin lugar a duda, un recurso fácil a la que muchos recurren para poner una excusa que justifique un motivo para no subir a esquiar. Y ya se sabe que no hay temporada de esquí sin nieve y por lo tanto sin días con condiciones meteorológicas que impliquen cielos grises, días ventosos o directamente de nevadas intensas.


Admitámoslo. Subir a pistas en estas condiciones da pereza (Foto: Ivan Sanz)

8 • El esquí, marginado en los medios de comunicación.

La presencia del esquí a los medios de comunicación es bastante residual y en consecuencia su difusión es, casi, nula. En el ámbito audiovisual la presencia es cada día más complicada, ya que las audiencias son las que deciden qué deportes se quedan en pantalla en la famosa franja horaria "prime-time". Y en las noticias deportivas de los telediarios, sea cual sea la cadena, casi todos los minutos van dedicados al fútbol. Hay algunas excepciones como el "Temps de Neu" de TV3 y otros programas de cadenas autonómicas.

En cuanto a los medios generalistas de prensa escrita tampoco dedican demasiada atención a los deportes de invierno, pero el problema es que los medios que se definen como deportivos dedican más de la mitad de sus páginas al fútbol. Y sólo hay una única revista dedicada a los deportes de nieve ¡Buen trabajo Solonieve!

En lo referente a la radio prácticamente no existen programas dedicados al esquí. Al final el único canal de comunicación en el que los deportes de invierno tienen un buen escaparate está en internet.


Internet, el lugar dónde más y mejor información podemos encontrar del esquí (Foto: Ivan Sanz).

9 • El esquí, un deporte lejano e incómodo. Y encima la crisis.

El gran volumen de esquiadores del país vive en poblaciones alejadas de las estaciones de esquí. Así pues, para esquiar debemos tomar el vehículo y hacer kilómetros, a menudo pagar peajes y, a veces, hay que poner cadenas. Llegamos a pistas, hay que ponerse las botas sin guantes cuando hace frío, cargar esquís a la espalda y caminar unos cuantos metros como un pato para comprar el forfait y finalmente, llegar al primer remonte y todavía tener que hacer cola. Sí, lo hemos exagerado un poco, pero no nos engañemos, el esquí no es un deporte de acceso fácil y menos económico, aunque tampoco tan caro como muchos se empeñan en hacernos creer.

A ello hay que añadir que la crisis del ladrillo iniciada en 2008 tampoco ha ayudado al esquí, así que muchos posibles practicantes han huido a otros deportes más económicos.

En todo caso, demasiado condicionantes a superar si el poder de convicción para subir a pistas no es lo suficientemente profundo. Y contra eso se ponen más facilidades por parte del sector, cierto, pero todavía no las suficientes.


Cola en un telesilla (Foto: Archivo).

10 · El cambio climático.

“¿Todavía estáis esquiando?” “Pronto se os va a acabar eso de esquiar" o "Cada invierno hace menos frío y nieva menos". Son tres frases casi obtenidas de un manual de argumentos contra el esquí que a menudo escuchamos a vecinos, amigos o familiares cada vez que saben de nuestra intención de subir a pistas. Son frases nacidas y popularizadas por el omnipresente y mediatizado "cambio climático". Da igual que les expliquemos que empezamos a esquiar a mediados de noviembre y que lo hacemos hasta el 1 de mayo y que eso antes era impensable.

Lo cierto es que existe un ambiente y entorno en el que se respira desánimo. Y ello disuade a que muchos ciudadanos opten por el esquí como actividad de deportes y de ocio preferente en el futuro. Tanto hablar del cambio climático que al final queda la percepción que el esquí es un deporte destinado a desaparecer.


El cambio climático perjudica más por su insistencia que no por los cierres de pistas anticipados (Foto: I.Sanz).

Pues bien, aquí tenéis 10 razones que intentan explicar cuáles son los 10 enemigos principales del esquí en nuestro país. Seguro que muchos de los lectores también tenéis otras razones para añadir así que os invitamos a hacerlos llegar en forma de comentario. ¿Os animáis? ¿Qué opináis?

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