Sin embargo, Mikaela Shiffrin, ha vuelto a demostrar que cuando está en forma no hay quien le tosa en las disciplinas técnicas.

 

Este domingo, la esquiadora estadounidense ha vuelto a la competición ganando el slalom de Åre (Suecia), en la que es su victoria número 96 en la Copa del Mundo y se aseguró su octavo título de la temporada de slalom de la Copa del Mundo.

 

A sus 29 años, Shiffrin dominó el slalom de Åre, donde obtuvo su primera victoria en la Copa del Mundo a los 17 años en 2012.

 

Ganó el slalom por 1,24 segundos, superando a sus competidoras más cercanas, Zrinka Ljutic y Michelle Gisin.

 

 

Shiffrin expresó su gratitud por poder regresar a la competición esta temporada, destacando la resistencia de su rodilla tras la lesión. "Cuando siento la rodilla, no me distrae de esquiar", afirmó la esquiadora después de la carrera.

 

La hazaña de Shiffrin en el slalom no solo la consolida como una de las mejores en la disciplina, sino que también iguala el récord de la Copa del Mundo Alpino para una disciplina, compartido anteriormente por Lindsey Vonn en descenso y el sueco Ingemar Stenmark en slalom gigante y slalom.

 

La temporada pasada, Shiffrin superó a Vonn y Stenmark en la cantidad total de victorias en la Copa del Mundo Alpina en su carrera. Con ocho victorias en la presente temporada, la esquiadora alcanza la asombrosa cifra de 96 triunfos.

 

A pesar de su limitado tiempo de entrenamiento antes de la carrera del domingo, Shiffrin demostró su habilidad y determinación en las pistas. "Es un poco abrumador (estar de regreso), incluso, porque durante las últimas seis semanas he pasado la mayor parte de mi tiempo con unas tres personas. Así que al volver con mucha más gente a mi alrededor, estoy tratando de recordar cómo ser sociable", comentó Shiffrin con una sonrisa y risas.

 

La esquiadora tiene previsto participar en una o dos carreras más en las finales de la Copa del Mundo del próximo fin de semana en Saalbach, Austria, consolidando su regreso triunfal a la competición de élite.

 

 

Federica Brignone sigue aferrada a sus escasas posibilidades de ganar el título de la Copa Mundial femenina de slalom gigante esta temporada. Pero la esquiadora italiana prefiere no pensar en ello.

 

 

Este sábado, Brignone redujo la brecha con la líder de la clasificación GS, Lara Gut-Behrami, a 95 puntos al ganar la penúltima carrera, pero todavía necesita que suceda algo extraordinario en la final de la Copa del Mundo de la próxima semana en Saalbach, Austria, si quiere superar a la estrella suiza.

 

Una victoria en una carrera vale 100 puntos, por lo que Brignone solo se llevará el globo si gana esa carrera y Gut-Behrami no termina entre los 15 primeros.