Lo que ha sucedido entre Catalunya y Aragón para optar a la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno 2030 no es la primera vez que ocurre...

 

 

Como ahora, hasta en tres ocasiones anteriores, la lucha interna entre posibles sedes ha obligado al COE a decantarse por una opción y España ha salido debilitada ante el Comité Olímpico Internacional (COI) para competir por unos Juegos.

 

 

La primera vez que ocurrió fue con motivo de los JJ. OO. de verano de 1972 y los dos rivales eran Barcelona y Madrid.

 

En plena dictadura, España ni se lo había planteado, pero el plazo para inscribir la propuesta expiraba el 1 de enero de 1966 y había que darse prisa.

 

Barcelona, que ya se había presentado para los Juegos Olímpicos de 1924, 1936 y 1940, no tardó en hacer una propuesta. El deporte había cogido más impulso en la Ciudad Condal y ya contaba con varias instalaciones construidas, como el estadio olímpico, la piscina y hasta un palacio de deportes.

 

Su capacidad organizativa también había logrado un relativo prestigio después del éxito que supuso la segunda edición de los Juegos Mediterráneos de 1955, que tuvieron detrás a un hombre que se convertiría en una de las grandes figuras históricas del olimpismo: Juan Antonio Samaranch.

 

Madrid, en cambio, sin un interés claro por este escaparate universal, no respiró hasta el mes de diciembre. Un pleno municipal celebrado el día 18, a dos semanas de que acabara el plazo, aprobó la candidatura. Ante la duplicidad española, el COE tenía que decantarse por una de las dos ciudades.

 

 

En una resolución polémica por sus formas, el COE escogió a Madrid como candidata, con Barcelona como subsede de la vela. La candidatura de Madrid quedó segunda ante el COI tras ser superada con claridad por Múnich, aunque quedó por delante de Montreal y de Detroit.

 

 

La segunda ​disputa fue entre Jaca y Granada por las Olimpiadas de Invierno de 2010. Según una comisión de evaluación del propio COE, Granada tenía una clara ventaja (273 puntos por 211), en diez conceptos evaluados. Ante la puntuación, Jaca reaccionó con corrección, pero con dureza, al sentirse infravalorada.

 

La votación del COE fue en marzo de 2002 y la sorpresa fue mayúscula cuando triunfó la aragonesa Jaca, lo que vino a confirmar, en cierto modo, que en este tipo de decisiones pesan más las cuestiones políticas o geoestratégicas que las puramente técnicas.

 

 

 

 

La tercera rencilla entre territorios tuvo como protagonistas a Madrid y Sevilla, que querían los Juegos Olímpicos de Verano de 2012. Como ha ocurrido ahora, hubo un acuerdo técnico entre las dos ciudades, pero este quedó en suspenso después de que el COI pidiera a las candidatas que reagrupasen los deportes para que no hubiera pruebas a más de 50 kilómetros de la sede principal.

 

Al final, Madrid y Sevilla tiraron cada una por su lado. El COE apostó por Madrid, que superó el corte para ser candidata y fue tercera en la votación final, superada por Londres y París. Los JJ. OO. volaron finalmente a la capital británica.