Stéphane Brosse era el ídolo declarado de Kilian Jornet, el actual gran dominador del esquí de montaña y de las carreras de montaña. Juntos emprendieron un nuevo camino para el catalán, consistente en llevar a cabo retos de velocidad en montaña. Una vereda que tuvo un trágico final con el fallecimiento del maestro ante los ojos del alumno, al desprenderse una cornisa, precisamente en la travesía del Mont Blanc.

 

Kilian ya tenía pensado el mejor homenaje para Brosse: reeditar su Chamonix-Mont Blanc-Chamonix y rebajar su récord de velocidad. Lo quería hacer este mismo año, y había elegido al también francés Mathéo Jacquemoud como pareja para lograrlo. Nacido en los Alpes franceses hace 22 años, miembro del cuerpo de gendarmes y aspirante a guía de alta montaña, Jacquemoud es una de las más firmes promesas del panorama internacional de las competiciones de esquí de montaña. En los Campeonatos del Mundo de la especialidad disputados el pasado febrero en Pelvoux (Francia), se proclamó Campeón del Mundo en modalidad por equipos haciendo pareja con William Bon Mardion, y se adjudicó el subcampeonato en modalidad individual.

 

Pero la participación de Kilian Jornet en la Transvulcania de carreras por montaña, con victoria épica incluida, sumada a las buenas condiciones de la montaña, fueron demasiado para la paciencia de Mathéo Jacquemoud, que se buscó otro compañero con quien lanzarse a por el récord de la Chamonix-Mont Blanc-Chamonix. El elegido fue el italiano Filippo Beccari, un veterano de las competiciones de esquí de montaña de 34 años de edad.

 

El dúo italo-francés partió el martes 14 de mayo a las 5:45 horas desde la iglesia de Chamonix. Empezaron corriendo con los esquís a la espalda hasta la entrada del túnel de Mont Blanc. Continuaron por Gandes Mulets, donde Jacquemoud dejó atrás a Beccari y siguió su camino en solitario por el Petit Plateau y el Grand Plateau, el refugio de Vallot y la cumbre del Mont Blanc. Realizó el descenso por la Jonction hasta la entrada del túnel del Mont Blanc y la iglesia, donde volvía a estar antes de las once de la mañana. Según informa Chamonix.net, lo más difícil fueron las condiciones que se encontró cerca de la cima, donde tuvo que superar tramos de nieve crosta y temperaturas de hasta -20ºC.

 

Su tiempo de 5 horas y 5 minutos rebaja en 10 minutos el mejor registro en esquís de la pareja Stéphane Brosse y Pierre Gignoux, pero también bate en unos 5 minutos el mejor tiempo de la Chamonix-Mont Blanc-Chamonix, realizado a pie por Pierre-André Gobet en julio de 1990 (5 horas, 10 minutos y 14 segundos). Ese era uno de los objetivos de Kilian Jornet para este año 2013.

 

 

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