¿Por qué los esquiadores ricos pueden colarse en las colas de los remontes?

¿Por qué los esquiadores ricos pueden colarse en las colas de los remontes?

Fila reservada para "Fast Track" en la estación de Snowbird, en Utah.

Dom, 11/02/2024 - 08:07
Las personas con dinero pagan por saltarse la fila en aeropuertos, parques temáticos, Tinder y las pistas de esquí.... La moda del “fast track”.
Cuando estás en la cola del remonte, ver a esquiadores que avanzan por un carril preferente da mucha rabia. Lo entiendes cuando son clases de esquí, o corredores de una competición, pero es que ahora también pueden hacerlo los esquiadores con dinero.
 
Es la moda del “fast track” (fila de preferencia), que empezó a implementarse en los aeropuertos con la entrada del nuevo siglo y se ha ido expandiendo a los parques de atracciones, aplicaciones de citas… Y estaciones de esquí.
 
En pocas palabras y para que se entienda, el “fast track" es un servicio premium que ofrece a quienes pagan más la oportunidad de saltarse las colas y acelerar el proceso de llegar al avión; la atracción, la persona deseada, o el telesilla.
 
El servicio está diseñado para hacer que la experiencia en una fila sea más rápida, fácil y sin problemas.
 
El pasado mes de diciembre, Killington Ski Resort (Vermont, EE. UU..) introdujo un "Fast Track de cuatro días" por de 199 dólares, que se suma a la ya de por sí elevado precio de su forfait diario, unos 165 dólares, que a veces se agota.
 
Atasco en la base de Vail en un fin de semana.
 
Esta tendencia se está acelerando porque las empresas reconocen que las colas —y lo mucho que la gente pagará por evitarlas— son una forma de ganar dinero. Y ahora disponen de la tecnología para hacerlo.
 
Los teléfonos inteligentes, los pagos móviles y otras tecnologías que permiten a las personas pagar por adelantado, reservar lugares y escanear pases han facilitado la automatización y despersonalización de las filas.
 
Las empresas han segmentado durante mucho tiempo a los clientes en función de su lealtad o de cuánto gastan, y algunos de ellos siempre han logrado encontrar formas ocultas e informales de saltarse una fila, por ejemplo, dándole algo de dinero al dueño de un restaurante. Pero ahora, esa actitud está institucionalizada.
 
En Snowbird (Utah), por ejemplo, el esquiador que paga un”fast track” se asegura de realizar muchas más bajadas en un día.
 
Sin embargo, este modelo de negocio no está exento de desventajas. La brecha entre los que tienen y los que no tienen se ha ampliado en las últimas décadas, y dividir a los consumidores según sus medios y cuánto pueden pagar para saltarse una fila puede crear más hostilidad y resentimiento.
 
Muchos esquiadores, por ejemplo, protestaron por la medida de las estaciones de esquí y 13.000 personas firmaron una petición pidiéndoles que suspendieran las colas express.
 
El senador Ron Wyden, de Oregón, se quejó del pase de Mt. Bachelor, diciendo que "exacerbaría los problemas de equidad" y crearía un "sistema de dos niveles de acceso a tierras públicas basado en la capacidad financiera".
 
Saltarse la fila genera preocupaciones sobre la equidad y la calidad del servicio para las personas que no quieren o no tienen los medios para pagar tarifas adicionales.
 
“En el mejor de los casos, las empresas podrían utilizar los fondos de los ricos que no quieren hacer las filas para mejorar el servicio para todos los demás", explica a la CNN Gad Allon, profesor de Operaciones, Información y Decisiones en la Universidad de Pensilvania.
 
Así que ya sabes, si alguna vez estás haciendo cola en un remonte y ves que alguien te adelanta por un carril express, puedes deducir que es porque ha pagado más que tú, aunque también puede que sea un “listillo”.
 
Veremos cuando tarda a llegar el “fast track” a las estaciones de esquí europeas.
 
Más info: 
 
 

El "fast track "que evita hacer colas pagando más llega a los remontes de las estaciones de esquí

 

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